Territorio común para los feminicidios


La escalada de homicidios de mujeres o femicidios cometidos en la región, ha experimentado un preocupante aumento, según el estudio denominado «Femicidio en Centroamérica», que se presentó a finales del año pasado en San José, Costa Rica, en el marco de una reunión del Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA). Este documento comprende una investigación cuantitativa y cualitativa sobre las manifestaciones extremas de la violencia contra las mujeres.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Dicho estudio fue desarrollado en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana por el Centro Feminista de Información y Acción (CEFEMINA) con el apoyo del Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA), el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) y la Organización Canadiense de Cooperación Horizontes.

A pesar de que la preocupación por los femicidios es reciente el estudio pudo cerciorarse de que, en realidad, el problema ya tiene décadas de estar enraizado en la sociedad centroamericana.

Los hallazgos encontrados indican que este fenómeno se manifiesta en toda la región y de manera particularmente alarmante en Guatemala, Honduras y El Salvador. Así­ mismo, identifica los escenarios en que se producen los femicidios, analizando algunos de ellos con estudios de caso.

ALARMANTES CIFRAS

El análisis se delimitó a la situación de la violencia contra la mujer entre el 2000 y 2006. En ese perí­odo, en la mayorí­a de paí­ses de la región, se registraron de 2 a 4 homicidios por cada 100 mil mujeres, salvo en El Salvador, cuyo número fue de alrededor de 13 mujeres asesinadas por cada 100 mil; seguido de Guatemala con 10. Actualmente el número de homicidios se ha duplicado en toda la región.

Es preocupante el caso de El Salvador, ya que en 2004, se cometieron 7 femicidios por cada 100 mil habitantes, pero sólo dos años después, en 2006, la cifra se elevó a 13, es decir, casi se duplicó.

Honduras y República Dominicana también presentan cifras altas, ya que se cometen 5 y 3 muertes de mujeres por cada 100 mil habitantes.

Mientras que las cifras no presentan mucha alarma en Nicaragua (2.5), Panamá (2.5) y Costa Rica (2). Sólo en Nicaragua se ha observado que la tendencia va a la baja, mientras que en el resto de paí­ses está en crecimiento, algunos duplicándose.

Según los datos una de cada cuatro mujeres ví­ctimas de femicidio tení­a entre 10 y 19 años de edad, lo que demuestra que las jóvenes son las que están en mayor riesgo. La cifra más alta de este delito se comete contra mujeres entre 20 y 29 años, por lo que el mayor riesgo, casi la mitad de los casos, se da en una etapa de adolescencia y adultez temprana, entre los 10 y los 29.

También el estudio deja claro que en paí­ses como El Salvador y Honduras el fenómeno de las maras está generando un mayor número de femicidios si se compara con el producido por el de pareja y ex pareja.

A lo anterior se suma las muertes provocadas por el delito de explotación sexual, la venganza entre hombres y mafias dedicadas al comercio sexual. Los escenarios de homicidios de mujeres se han trasladado a las calles, lugares públicos, quebradas, playas, lotes baldí­os entre otros. Los femicidios se cometen en su mayorí­a con armas blancas (25%) y armas de fuego (38%).

Aunque la queja constante es que los feticidios sólo son un caso particular de la violencia, y que el número de muertes violentas contra hombres es mayor, visto en porcentajes, la violencia contra la mujer está creciendo de forma exponencial.

En El Salvador, se ha visto un incremento tanto de muertes contra hombres como contra mujeres. Los homicidios se han incrementado en un 40 por ciento, pero los femicidios en 111 por ciento.

En Guatemala, estas cifras son más altas, porque la muerte contra mujeres está creciendo en 183 por ciento, mientras que contra los hombres en un ciento por ciento.

SIN LUGAR SEGURO

Otra cifra relevante es que no hay un lugar de resguardo seguro para la mujer. Del total de los femicidios, uno de cada tres ocurrió dentro de las casas.

Y es que los principales responsables de los femicidios son las mismas parejas sentimentales, o ex parejas, u otras personas del cí­rculo familiar, como padres, hermanos, padrastros o convivientes. Así­ también los meros pretendientes también tienen una alta recurrencia en estos delitos.

Por su parte, las prácticas ilí­citas que se vinculan al crimen organizado, como tráfico de personas, proliferación de armas, mafias, redes internacionales de trata de personas y coyoterí­a, también fomentan estos delitos.

El estudio sólo pretendió analizar las cifras de años anteriores. Aunque ya ha habido avances para evitar estos casos -como la aprobación de la Ley Contra el Femicidio o la Ley Contra de Personas, en Guatemala-, las cifras parecen no detenerse, porque es probable que las verdaderas causas de la violencia contra la mujer sean causas estructurales, y que el Estado deberí­a reformarse para no seguir solapando estos delitos.