Terribles precedentes


Editorial_LH

Luego de que investigaciones del Ministerio Público y la Policía Nacional Civil permitieron varias capturas de delincuentes, entre ellos criminales dedicados a la extorsión, violadores y hasta un descuartizador, se ha podido comprobar que algunos de esos maleantes han estado sometidos a proceso, pero fueron dejados en libertad por falta de mérito, por iguales o similares delitos, lo que evidencia el peligro que para la sociedad significan las fallas de nuestro sistema de justicia porque indudablemente que muchos individuos de alta peligrosidad social, logran evadir la acción de la ley y pueden continuar cometiendo sus fechorías.


No se puede negar que en los últimos tiempos hemos visto un avance en cuanto al proceso de investigación y que mediante el aporte de pruebas científicas se ha logrado la detención de varios criminales y su consignación a los Tribunales de Justicia. Sin embargo, nuestra estructura sigue siendo sumamente débil a partir de allí, puesto que resulta muy difícil sustentar las acusaciones cuando los abogados defensores, sin mayor capacidad ni calificación, logran convencer a los jueces para que dejen en libertad a los sindicados.

En el caso de las violaciones, al menos uno de los delincuentes se vio favorecido por esas fallas sistémicas de nuestro aparato de justicia y hace pocos meses logró su libertad únicamente para salir a realizar el perverso daño a muchas mujeres que fueron víctimas de la banda a la que pertenecía. Indigna ver que gente que debiera estar tras las rejas por crímenes que permitieron ya su captura, se ven beneficiados de esa manera por una administración de justicia que además de ciega demuestra que es torpe, cuando no corrupta, situación que beneficia a los delincuentes, pero que, además, pone en peligro la vida de gente honrada que se ve expuesta a la violencia irracional de estos individuos.

La seguridad ciudadana requiere que todos los involucrados en el proceso de la justicia cumplan con su deber. Los investigadores aportando las pruebas necesarias, los policías realizando en ley las capturas que corresponden y los tribunales valorando adecuadamente esas pruebas que tiene que aportar la Fiscalía para sustentar los casos sometidos a la jurisdicción ordinaria. Cualquiera de esas instancias que falle pone en peligro a la ciudadanía porque la deja expuesta a la inseguridad que es consecuencia de la impunidad tan beneficiosa para los delincuentes.

Hay evidencias concretas de que hemos mejorado en técnicas de investigación y que se pueden lograr mayores avances con la tecnificación de nuestros investigadores, pero ello saldrá sobrando si las otras patas del banco no funcionan adecuadamente y eso es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora. Reclamemos ya diligencia, honestidad y prontitud para administrar la justicia.

Minutero:
Cada día hay más retroceso
y es mayor el desengaño;
no se compone el rebaño
aplastado en el Congreso