Termina crisis


Votación. El principal opositor del Gobierno, Silvio Berlusconi (C) durante la votación en el Congreso.

El jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, obtuvo cómodamente hoy la confianza de la Cámara de Diputados durante un voto que pone fin oficialmente a la crisis polí­tica desatada la semana pasada por la dimisión de su gobierno, cuyo futuro sigue siendo incierto.


Dos dí­as después de haber obtenido la confianza del senado, Prodi logró el apoyo de los diputados italianos por una mayorí­a de 342 votos a favor y 253 en contra.

El resultado de hoy es casi el mismo que el logrado en el voto de confianza del primer gobierno de Prodi, en mayo de 2006, que recibió el apoyo de 344 diputados frente a 268 sufragios desfavorables.

Antes de la votación, el primer ministro pidió a la cámara el voto de confianza para su gobierno y subrayó que éste debe mantenerse en el cargo hasta el final de la legislatura en 2011, para «curar» a Italia de sus males.

Prodi presentó su dimisión después de que el Senado rechazara el 21 de febrero su polí­tica exterior, en parte debido a dos senadores comunistas disidentes que se oponí­an al mantenimiento de unos 2 mil soldados italianos en Afganistán.

El primer ministro, de 67 años, dimitió nueve meses después de su llegada al poder encabezando una coalición heterogénea de unos 10 partidos, repartidos entre la extrema izquierda y el centro católico, pasando por los Verdes.

Su nuevo gobierno obtuvo también el miércoles la confianza de la cámara alta del Parlamento italiano por 162 votos a favor y 157 en contra.

El debate de hoy «mostró que el centroizquierda está mucho más unido que el centroderecha. Ahora podemos avanzar», estimó el presidente del Consejo después del voto de los diputados.

Durante el debate, el jefe de la oposición de derecha y ex presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, se burló de un gobierno «frágil y confuso» que comparó a una «asamblea de copropietarios reñida».

A pesar de que pone fin a la crisis, la confianza obtenida en las dos cámara por Prodi se parece mucho a una prórroga y no pone fin a las dificultades.

La duración del gobierno es incierta, ya que durante la crisis sólo ha ganado el apoyo de un senador centrista, ex ministro de Berlusconi, en un momento en que el parlamento debe examinar varios asuntos espinosos como la reforma de las pensiones y la financiación de la misión en Afganistán.

El texto sobre la financiación de la misión de Afganistán será examinado a partir del lunes por los diputados y está previsto que pase al Senado a mediados de marzo, pero al menos dos senadores comunistas disidentes han dicho que no votarán a favor de la «guerra de Afganistán».

El partido de Silvio Berlusconi prometió su apoyo a la misión de Afganistán, lo que puede crear una situación incómoda a Romano Prodi.

Otro debate es el de la reforma electoral, que ha vuelto a la actualidad con la crisis, ya que la actual ley, adoptada justo antes de las elecciones legislativas, es considerada responsable de las dificultades para obtener mayorí­as claras en el Senado.

Prodi, que querí­a mostrarse conciliador, aseguró este miércoles no tener un «plan concreto» sobre la futura ley electoral y dijo desear un «diálogo con todos».

Por su parte, Berlusconi, aunque se mostró más abierto que ayer sobre la participación de su partido, Forza Italia, en el debate sobre la reforma electoral, advirtió que éste no debe ser un pretexto para «mantener artificialmente en vida al gobierno».