Aproximadamente 21 millones de personas en el mundo son víctimas de trabajo forzosos y se encuentran atrapados en empleos en los que fueron coaccionados o engañados por sus patrones y no pueden abandonar, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El último informe sobre trabajo forzoso presentado recientemente por la OIT revela que la región de Asía y el Pacífico, registran mayor número de trabajadores y trabajadoras en esa situación, seguido por África y en tercer lugar América Latina, con 1 millón 800 mil víctimas, un nueve por ciento del total.
El documento también da cuenta de que al menos el 90 por ciento de los perpetradores son empresas privadas o individuos y el 22 por ciento de las víctimas son forzadas a la explotación sexual.
El mayor porcentaje de esas violaciones a los derechos humanos se da en los sectores de la agricultura en un 68 por ciento, seguido por la construcción, el trabajo doméstico y la manufactura.
De acuerdo con los datos revelados por la OIT, los métodos más comunes para atrapar a las víctimas son la violencia, la deuda acumulada, o la retención de documentos de identidad bajo amenaza de denuncia a las autoridades migratorias.
El informe alerta que la mayoría de las víctimas, un 56 por ciento son sujetas a trabajos forzosos en las comunidades donde residen, mientras que un 44 por ciento se han movido internamente o cruzado las fronteras, lo que las coloca en mayor vulnerabilidad.
Finalmente, la OIT destacó que el enjuiciamiento de los explotadores sigue siendo inadecuado, por lo que hizo un llamado a las naciones a reforzar la protección de sus poblaciones frente a las actuales crisis económicas, en las que más personas son propensas a esas prácticas calificadas como “atroces”.