Gran Bretaña trató de reducir hoy a un asunto «puramente consular» la detención de cinco navegantes británicos por las autoridades iraníes en aguas del Golfo, pero Teherán trasladó el caso a la justicia y prometió medidas «firmes» si se confirman sus «malas intenciones».
«No hay de ninguna manera una confrontación o discusión», afirmó el ministro de Relaciones Británico, David Miliband, a la radio BBC al día siguiente de que su ministerio informara de la captura acaecida el 25 de noviembre.
«Es un asunto puramente consular y esperamos que sea tratado como tal», agregó.
En Teherán, sin embargo, el tono del jefe de gabinete del presidente Mahmud Ahmadinejad fue más desafiante al confirmar el martes las detenciones.
Esfandiar Rahim Mashaie afirmó que la suerte de los cinco británicos «será decidida por el poder judicial».
«Si se demuestran las malas intenciones de estas personas, se decidirán medidas firmes y serias en su contra», agregó Esfandiar Rahim Mashaie, citado por la agencia de prensa iraní Fars.
El Foreign Office británico anunció el lunes que los cinco navegantes podrían haber entrado en aguas territoriales iraníes en el Golfo cuando se dirigían de Bahréin a Dubái en un velero de 18 metros de eslora, el «Kingdom of Bahrein», para participar en una regata.
El jefe de los Guardianes de la Revolución, Alí Reza Tangsiri, declaró por su parte a la agencia Fars, que los británicos habían sido arrestados por sus fuerzas, sin dar más precisiones sobre las circunstancias de la detención.
El incidente se asemeja a otro ocurrido en marzo de 2007, que provocó una grave crisis diplomática entre Londres y Teherán, y coincide con un nuevo aumento de tensión entre Irán y la comunidad internacional respecto a su polémico programa nuclear.
En la primera reacción a las informaciones procedentes de Teherán, Miliband señaló que no había «ninguna intención diabólica» por parte de los navegantes, que según los medios británicos estaban en una zona de calma chicha, tenían problemas de motor y derivaban frente de las costas de Irán.
«Es una historia humana», agregó. «No tiene nada que ver con la política. No tiene nada que ver con el programa de enriquecimiento nuclear» de Irán, agregó en la cadena de televisión Sky News.
Además, en esta ocasión son «civiles, no personal de la Marina británica», como los 15 marinos capturados el 23 de marzo de 2007 y liberados tras casi dos semanas de tensión entre las dos capitales.
Aquel incidente también agravó las relaciones entre la República Islámica y la comunidad internacional, que acababa de aprobar nuevas sanciones relativas a su programa nuclear en el Consejo de Seguridad.
La semana pasada, la Agencia Internacional de Internacional de la Energía Atómica (AIEA) aprobó una resolución que condenó a Teherán por su controvertido programa nuclear y le exigió el cierre de una de sus instalaciones.
Irán, que tildó la resolución de «acto de tiranía», anunció el domingo su intención de construir 10 nuevas plantas de enriquecimiento, revelación que provocó enérgicas reacciones de la comunidad internacional.
El embajador de Irán en el Reino Unido fue convocado hoy por la tarde por el ministerio británico de Relaciones Exteriores tras la detención de cinco navegantes británicos en aguas del Golfo, anunció un portavoz del Foreign Office.
Rasul Movahedian fue recibido a media tarde durante alrededor de media hora por un alto responsable del ministerio, precisó el portavoz a la AFP.
«Fue convocado para una reunión sobre la situación», explicó. El responsable ministerial le preguntó dónde estaban los cinco británicos detenidos el pasado 25 de noviembre y pidió una «rápida resolución» de este asunto, agregó.