Tensión en Partido Popular


Un cruce de declaraciones entre el lí­der del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, y su rival Esperanza Aguirre, presidenta del gobierno de Madrid, elevó la tensión al máximo en la principal formación opositora y demostró que ambos pueden enfrentarse para dirigirla.


«Si alguien se quiere ir al partido liberal o al partido conservador, que se vaya», lanzó el sábado en un mitin Mariano Rajoy en respuesta a Aguirre, que en dí­as anteriores se definió como «liberal» y dejó caer que el lí­der de su partido está más cerca de los socialdemócratas que ella.

«No me (lo) puedo creer», respondió dos dí­as después Aguirre a la pregunta de si Rajoy quiere echarla del partido. «Quizás serí­a muy bueno que el presidente de mi partido lo aclarara», pidió.

Lo que fue rápidamente clarificado por fuentes del PP, que aseguraron que a Rajoy «jamás se le ha pasado por la cabeza» prescindir de Aguirre.

La presidenta del gobierno de la región de Madrid, por su parte, aprovechó una entrevista en la televisión pública TVE1 el lunes por la noche para reiterar que no presentará su candidatura al congreso nacional del PP en junio, que debe votar a su próximo jefe y candidato a las elecciones de 2012.

Pero dejó la puerta abierta apuntando que su negativa no es inamovible y que su apoyo a la candidatura de Rajoy, hasta ahora la única que se ha presentado, no es «inquebrantable».

Aguirre «está volando en cí­rculo» sobre Mariano Rajoy, describió este martes el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, quien estimó que «el único objetivo que tiene en la cabeza» la presidenta madrileña es «liderar el PP».

Esto hace que el partido conservador esté sufriendo un «vací­o de poder» y atravesando «una de las crisis más importantes de toda su historia», valoró.

Lo cierto es que la ambición de Aguirre por tener más poder en el PP es conocida desde hace tiempo.

La presidenta de Madrid, que fue ministra con José Marí­a Aznar (1996-2004) y está considerada del núcleo duro del partido, vive una prolongada rivalidad con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de perfil moderado.

Ambos han obtenido mayorí­as absolutas en varias elecciones y en febrero, Aguirre presionó para que el alcalde no fuera diputado.

Aguirre, conocida por su ambición y por su constante presencia en los medios, no deja de repetir, desde que su partido fue derrotado por el socialista en las elecciones legislativas del 9 de marzo, que apoya a Rajoy y que no presentará su candidatura.

Pero casi a diario se prodiga insisiendo en que quiere propiciar un debate de fondo, «necesario» después de la derrota del 9 de marzo y para ganar las elecciones de 2012.

«Tenemos que comunicar mejor» para que el PP no se vea como «un partido antipático», ni «poco atractivo para los jóvenes» ni «un partido antiguo», explicó en televisión.

Y todo ello sin que Rajoy, con dos derrotas a sus espaldas y generalmente mal valorado en las encuestas, haya desvelado aún el contenido de su proyecto ni su nuevo equipo, que pretende anunciar justo antes del congreso de junio.

Esto llevó al lí­der, de natural reservado y proclive a tomar decisiones en el último momento, a tener que explicar su posición, y algo inédito en él, a enfrentarse directamente con su rival.

Las declaraciones de Aguirre llevaron desde el primer momento a apoyar a Rajoy a varios responsables de la formación, entre ellos el equipo de jóvenes elegido para el Congreso de los Diputados, y a otros tantos lí­deres regionales.

Aguirre, por su parte, ha recibido el respaldo de varios dirigentes madrileños, pero por ahora parece que no obtendrí­a los apoyos mí­nimos que se necesitan para presentarse candidato en el congreso de junio, aunque como ella misma dice, «todaví­a faltan dos meses».

Las declaraciones de Aguirre llevaron, desde el primer momento, a apoyar a Rajoy a varios responsables de la formación, entre ellos el equipo de jóvenes elegido para el Congreso de los Diputados, y a otros tantos lí­deres regionales.