Tensión en la Pení­nsula de Corea


Soldados sudcoreanos esperan en sus posiciones de ataque ante un probable inicio a las hostilidades con sus vecinos del norte. FOTO LA HORA: AFP

Corea del Sur responderá militarmente en forma inmediata en caso de otra agresión de Corea del Norte, que tendrá que «pagar un precio» por el hundimiento de la corbeta surcoreana «Cheonan» en marzo, que dejó 46 muertos, advirtió hoy el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak.


«Si nuestras aguas territoriales, nuestro espacio aéreo o nuestro suelo son violados, utilizaremos inmediatamente nuestro derecho a la autodefensa», advirtió Lee Myung-Bak, en un duro discurso transmitido por la televisión.

Corea del Sur pedirá nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte y decidió suspender el intercambio comercial entre ambos paí­ses, agregó Lee Myung-Bak.

«De ahora en adelante, Corea del Sur no tolerará ningún acto de provocación del Norte y mantendrá el principio de disuasión», insistió el presidente surcoreano.

Desde Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, aportó en la noche del domingo su apoyo total a Corea del Sur, ordenando al ejército de Estados Unidos que trabaje estrechamente con los militares surcoreanos para «disuadir una nueva agresión» de Corea del Norte.

En cambio, Pekí­n pidió tranquilidad: «China espera que las partes mantendrán la calma y harán prueba de moderación para tratar correctamente estas cuestiones relevantes», declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu.

El viernes pasado, una comisión investigadora internacional concluyó que la corbeta «Cheonan», hundida el 26 de marzo pasado frente a la isla de Baengnyeong, habí­a sido ví­ctima de un torpedo disparado por un submarino norcoreano.

Corea del Norte, por su lado, acusó a Seúl de haber «fabricado» pruebas y afirmó que los dos paí­ses estaban «cerca de la guerra».

El gobierno norcoreano desmintió cualquier responsabilidad en lo que constituye uno de los peores ataques contra Corea del Sur desde 1987, cuando un atentado contra un avión surcoreano provocó la muerte de 115 personas.

El lunes, Lee anunció la suspensión de todos los intercambios comerciales con Corea del Norte, aunque mantendrá la ayuda humanitaria para los niños.

El presidente anunció también el cierre de los corredores de navegación del Sur a la marina mercante de Corea del Norte, al tiempo que insistió en que no se iban a tolerar más provocaciones.

«Las cosas cambiaron. Corea del Norte va a pagar un precio a la altura de sus provocaciones», dijo Lee.

El ministro surcoreano de Defensa, Kim Tae-Young, anunció que las marinas de Corea del Sur y de Estados Unidos realizarán a breve plazo maniobras frente a la costa occidental de la pení­nsula.

Estados Unidos y otras potencias occidentales condenaron el ataque surcoreano.

En cambio, China recibió con frialdad las conclusiones de la comisión investigadora internacional.

El lunes, en Pekí­n, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, declaró que Estados Unidos «trabajaba duro para evitar una escalada» en la pení­nsula coreana.

«Los norcoreanos crearon una situación extremadamente precaria en la región, una situación que cada paí­s vecino inmediato o cercano de Corea del Norte comprende que debe ser circunscrita», agregó Clinton, que el miércoles viaja a Seúl.

En los próximos meses, habrá una fuerte tensión entre las dos Coreas, pero un conflicto mayor parece poco probable, estimaron el lunes analistas en Seúl.

«Un conflicto militar limitado es posible, pero las dos Coreas tendrán que actuar con cautela en la medida en que las grandes potencias de la región no las dejarán ir muy lejos», estimó Yang Moo-Jin, investigador de la Universidad de Seúl.

ESTADOS UNIDOS Apoyo a Corea del Sur


El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó revisar la polí­tica de Washington hacia Corea del Norte, en tanto apoyó aplicarle sanciones y respaldar a su aliado Corea del Sur ante cualquier agresión de Pyongyang, informó la Casa Blanca ayer.

«En respuesta al patrón de provocación y desafí­o a la ley internacional de Corea del Norte, el presidente ordenó a las agencias del gobierno estadounidense revisar sus polí­ticas hacia Corea del Norte», indicó el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs en un comunicado escrito.

«Esta revisión apunta a asegurar que tomemos las medidas apropiadas e identifiquemos zonas donde sea necesario realizar ajustes», agregó.

Entre esas medidas, la Casa Blanca considera apropiada la aplicación de sanciones a Pyongyang.

«Las medidas que el gobierno de la República de Corea (Corea del Sur) anunció son absolutamente apropiadas», dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs en un comunicado escrito. «La República de Corea puede seguir contando con el apoyo absoluto de Estados Unidos, como lo ha dejado claro el presidente Obama».

«El apoyo de Estados Unidos en materia de defensa a Corea del Sur es inequí­voco, y el presidente ordenó a sus comandantes militares que se coordinen estrechamente con sus contrapartes surcoreanas para asegurar la preparación y evitar una agresión futura», agregó Gibbs.

En la mañana del lunes surcoreano, el gobierno de Seúl anunció que pedirá nuevas sanciones contra Corea del Norte al Consejo de Seguridad de la ONU y responderá inmediatamente a cualquier ataque de su parte, en respuesta al naufragio de la corbeta «Chenoan» por un disparo de un torpedo norcoreano.

En una alocución transmitida por televisión, el presidente Lee Myung-BakLee anunció además que Seúl cesará todas sus relaciones comerciales con Pyongyang e impedirá a los barcos norcoreanos utilizar las rutas marí­timas del Sur.

El viernes el ministro surcoreano de Defensa, Kim Tae-Young, habí­a afirmado que Seúl «hará pagar» a Pyongyang por el naufragio de la corbeta, que dejó 46 muertos.

Una comisión de investigación internacional sobre el naufragio del buque de 1.200 toneladas el 26 de marzo frente a la isla de Baengnyeong, cerca de la frontera marí­tima con Corea del Norte, concluyó que un disparo desde un submarino norcoreano fue la causa del hecho.

Corea del Norte acusó por su parte a Seúl de «fabricar» las pruebas que presentó la comisión y afirmó que los dos paí­ses estaban «cerca de la guerra».

CHINA Sin integrarse a conflicto


Estados Unidos, que apoya con determinación a Seúl en la crisis coreana, aprovechó la primera jornada de diálogo chino-estadounidense para tratar de integrar China a su posición, pero sin obtener ningún compromiso explí­cito de Pekí­n.

«Los norcoreanos crearon una situación extremadamente precaria en la región, una situación que cada paí­s vecino inmediato o cercano de Corea del Norte comprende debe ser circunscrita», proclamó la secretaria de Estado Hillary Clinton, refiriéndose a Pekí­n.

«Puedo decir que los chinos reconocen lo grave de la situación a la que nos enfrentamos», dijo a los periodistas. «Ellos comprenden la reacción de los surcoreanos, así­ como nuestra responsabilidad única frente a la paz y la estabilidad de la pení­nsula coreana».

Hasta ahora, China, vecina y único aliado de peso de Corea del Norte, ha recibido con la mayor prudencia los resultados de la investigación internacional que acusa a Pyongyang de haber hundido la corbeta surcoreana «Cheonan» el 26 de marzo, provocando la muerte de 46 marinos.

Pekí­n se limitó a indicar que hará su propia «evaluación», sin participar en el concierto de condenas internacionales contra el régimen de Kim Jong-il, jefe de Estado al que recibió el mes pasado.

En una declaración tras el primer dí­a de diálogo con Estados Unidos, el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu, pidió «calma» y «moderación» a todas las partes.

El apoyo de China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, será indispensable para obtener de las Naciones Unidas la condena de Corea del Norte, tal como lo demandó el lunes el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak.

Washington actúa en ese sentido, sugirió el domingo un alto responsable estadounidense, indicando que Estados Unidos espera de China «ciertas medidas en la arena internacional para subrayar lo grave del caso».

Hillary Clinton abordó la crisis coreana a partir de la misma apertura del «Diálogo económico y estratégico», una cumbre chino-estadounidense que reúne a cientos de participantes en la capital china.

La secretaria de Estado recordó que en 2009 China habí­a permitido la adopción de resoluciones de la ONU condenando la prueba nuclear norcoreana.

China, como Estados Unidos, Japón, Rusia y las dos Coreas, es miembro de grupo de los Seis que tratan de negociar con Pyongyang el abandono de su programa nuclear.

Desde 2003 es anfitrión de las negociaciones de las que Corea del Norte de se retiró el año pasado después de haber sido condenada por la ONU.

Inmediatamente después de llegar a Pekí­n el domingo, Hillary Clinton habí­a revelado a su interlocutor chino, el Consejero de Estado Dai Bingguo, la tónica de los anuncios futuros surcoreanos.

No obstante, la delegación estadounidense no parece esperar obtener el apoyo de China en lo inmediato.

Por otra parte, Hillary Clinton no deseó entregar precisiones sobre la tónica de esas discusiones, estimando que ésto serí­a «prematuro».

De su lado, ningún responsable chino se expresó públicamente sobre la crisis coreana.

Hillary Clinton debe viajar el miércoles a Seúl, para la última etapa de su gira asiática.