Tenemos una oportunidad, poblemos el Congreso de valientes y honrados diputados


alfonso-carrillo

Deberes del Estado y del Congreso.

Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de Guatemala la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona. Conforme la Constitución el Estado de Guatemala está organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades. La soberaní­a descansa en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

 


El Organismo Legislativo (Congreso) es tan importante que elige a los lí­deres del Organismo Judicial, a los magistrados de la Corte Suprema y de las Salas de Apelación. En el área de la Justicia, además elige a un magistrado titular y un suplente de la Corte de Constitucionalidad, al jefe del Instituto de la Defensa Pública Penal, y a la terna de candidatos para Fiscal General de la Nación. El Congreso, entre otras cosas, también aprueba las leyes, el presupuesto del Estado, decreta impuestos ordinarios y extraordinarios y elige al Contralor General de Cuentas. Guatemala en caos Guatemala, hoy dí­a, es un paí­s en caos, lí­der en el mundo en desnutrición infantil, número de muertos por violencia, impunidad, corrupción, inseguridad, problemas de narcotráfico y mucho más. Es evidente que el Estado de Guatemala no está cumpliendo su deber y los habitantes no gozamos de libertad, ni de justicia, seguridad y paz. La vida de los habitantes está constantemente en riesgo en las calles y el guatemalteco no tiene las condiciones necesarias para su desarrollo. La gran mayorí­a de los diputados actuales son irresponsables y no tienen interés en el bienestar de la población sino en su propio interés. ¿Qué pasó con los más de 80 millones de quetzales que se entregaron a MDF? ¿Qué pasó con los pagos por la Transversal? ¿Cómo es que se reparten las obras del Estado entre la mayorí­a de los diputados y partidos? El presupuesto del Estado debe ser para beneficio de la población, el engrandecimiento de Guatemala y sus habitantes y no para enriquecer a un grupo de aprovechados. Si poblamos el Congreso de valientes y honrados diputados podemos cambiar la historia Los guatemaltecos no podemos permitir que esta situación continúe. En las elecciones tenemos una oportunidad de escoger cuidadosamente a los candidatos a diputados. Votemos por diputados honrados, trabajadores, responsables, que su único interés es representar a los guatemaltecos y batallar porque el paí­s cambie el rumbo, guatemaltecos que tengan el sueño de que Guatemala sea un paí­s de oportunidades iguales para todos sus habitantes, donde todo niño, joven, mujer puede educarse, formarse, tener paz, seguridad, justicia y tranquilidad. El Congreso de la República está integrado por diputados electos directamente por el pueblo en sufragio universal y secreto, por el sistema de distritos electorales y lista nacional, para el perí­odo de cuatro años, pudiendo ser reelectos. Cuando votamos nos dan dos papeletas para elegir diputados, una del listado nacional y otra del distrito al que pertenecemos. Pensemos bien y cuidadosamente a qué candidatos a diputados votaremos. De ello depende en gran parte el futuro nuestro y de nuestros hijos. Cuando votemos para diputados, averigí¼emos quiénes son personas honradas y valientes y que buscarán nuestro interés de tener una Guatemala desarrollada. Busquemos candidatos como Nineth Montenegro, una persona honrada que con sus actos y valientes acciones ha demostrado estar dispuesta a batallar por el interés de todos los guatemaltecos. No votemos por la reelección de aquellos diputados que son los polí­ticos pí­caros que conocemos por sus actos públicos. Sólo con personas como Nineth Montenegro cambiaremos el Congreso. Cuidemos nuestro voto, escojamos buenos diputados, recordemos que podemos votar para diputados de un partido aunque para presidente votemos por un candidato de otro partido. Los diputados representan el área donde vivimos, escojamos un grupo de personas honradas pensantes que están dispuestas a trabajar para nosotros los ciudadanos, no escojamos pí­caros. Poblemos el Congreso de gente como Nineth Montenegro, José Alejandro Arévalo, Rosa Marí­a de Frade.