La temporada de premios literarios en Francia – donde fue inventado este sistema, que se ha extendido a numerosos países, entre ellos latinoamericanos – se abre esta semana con el anuncio de los primeros galardonados.
El premio más importante, el Goncourt -atribuido desde 1903-, será anunciado el lunes próximo, al igual que el Renaudot.
En Francia, donde el sistema de premios literarios es uno de los acontecimientos culturales más importantes del año, los galardones no están acompañados de una fuerte recompensa en metálico, como sí es el caso en Venezuela y España, lo que supone para los ganadores el fin de sus penurias económicas.
El Goncourt, por ejemplo, aunque permite al escritor galardonado llegar a un gran público, está acompañado sólo de diez euros, equivalente al precio de una comida y monto decidido cuando fue creado, y que ahora no alcanza ni para eso.
En cambio, en Venezuela, el premio de novela Rómulo Gallegos, creado en honor a su mayor escritor del siglo XX, el autor de «Doña Bárbara» y «Canaima», tiene una recompensa de 100 mil euros (140 mil dólares).
Ese premio, que es otorgado por el gobierno desde 1967, ha sido atribuido en ediciones anteriores a «La casa verde», del peruano Mario Vargas Llosa (1967), «Cien años de soledad», del colombiano Gabriel García Márquez (1972) y «El país de la canela», del colombiano William Ospina (2009).
En México, el Premio de la Feria Internacional del Libro (FIL) -que antes se llamaba Juan Rulfo y que es entregado en noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, como reconocimiento al conjunto de una obra de creación en cualquier género literario – está dotado con 150 mil dólares.
Algunos de los galardonados del Rulfo han sido Juan Gelman (2000), Juan Goytisolo (2004), Fernando del Paso (2007) y Rafael Cadenas (2009).
En España los máximos galardones literarios son jugosos.
Algunos escritores, entre ellos el fallecido narrador chileno Roberto Bolaño, admitió más de alguna vez que lograba sobrevivir gracias a los generosos premios españoles.
Los más codiciados son el Cervantes, creado en 1975 y considerado como el Nóbel español, y el Planeta.
El Cervantes, que recompensa a un escritor por el conjunto de su obra, está acompañado de 125.000 euros. Es atribuido el 23 de abril de cada año, fecha de la muerte de Don Miguel de Cervantes, en 1616.
El ganador, que recibe el premio de manos del rey de España, Juan Carlos I, se alterna tradicionalmente entre un español y un latinoamericano.
Este año el galardonado fue el español Juan Marsé. En el 2008 fue el argentino Juan Gelman.
El Planeta es el más jugoso y codiciado de todos los premios literarios, con 601.000 euros (894.361 dólares) para el ganador y 150.250 euros (223.641 dólares) para el finalista.
El jurado, compuesto de escritores españoles y latinoamericanos, honró el año pasado al filósofo y escritor vasco Fernando Savater.
En Estados Unidos -primera potencia mundial- las recompensas literarias no van acompañadas de un cheque tan cuantioso.
Por ejemplo, los Pulitzer, atribuidos por la Universidad de Columbia, en Nueva York, están dotados de 5.000 dólares (3.300 euros); el National Book Award tiene un premio de 10.000 dólares (6.600 euros) y el PEN/Faulkner Award cpo de 15.000 dólares (9.900 euros).
En Italia, el premio Strega, creado en 1947, está acompañado de 5.000 euros. En Alemania, el Georg-Buchner, creado en recuerdo del poeta y novelista alemán Georg Bí¼chner (1813-1837), está dotado 40.000 euros.
En Gran Bretaña, el Man Booker Prize para ficción, que ha sido atribuido al británico-paquistaní Salman Rushdie, está dotado de 50.000 libras (80.000 dólares, 54.000 euros).