El grupo petrolero BP comenzó este martes una nueva operación para intentar detener la fuga de crudo que continúa en el Golfo de México, cuando el inicio de la temporada de huracanes amenaza con complicar aún más las operaciones.
Para detener la fuga, los ingenieros de British Petroleum (BP) tienen previsto colocar un «embudo» con el propósito de recuperar el crudo que fluye a 1.500 m de profundidad y almacenarlo en un barco en la superficie.
Bob Dudley, alto directivo de BP, explicó este martes a CNN que robots «cortarán el oleoducto dañado, luego una sierra de diamante realizará un corte neto en la cima del pozo». Finalmente, se instalará un «embudo» sobre la fuga para recoger el petróleo que se escapa desde hace seis semanas.
El director de explotación de British Petroleum (BP), Doug Suttles, dijo que esperaban poder instalar el «embudo» «en las próximas 24 horas».
«Si todo sale bien, en las próximas 24 horas podremos contener» el vertido, dijo Suttles durante una rueda de prensa en Luisiana.
Según las estimaciones del gobierno estadounidense, ya llegaron al mar entre 72 y 113 millones de litros de crudo desde que se produjo la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril último.
Carol Browner, la principal asesora de Barack Obama en cuestiones de energía y cambio climático, advirtió que existe un riesgo real de que la nueva operación aumente, al menos temporalmente, en un 20% el volumen derramado en el Golfo.
Para poner fin a la fuga de petróleo, habrá que esperar hasta agosto y a la colocación de pozos de auxilio, que se supone aliviarán el pozo dañado a través de la succión del petróleo y el gas que emanan de él, indicaron tanto la administración como los directivos de BP.
Esos pozos de auxilio se pusieron en marcha a principios de mayo. El primero debería estar listo «cerca de mediados de agosto», explicó Carol Browner a CNN.
A estos desafíos técnicos se agrega la dificultad que supone el inicio de la temporada de los huracanes este martes, y que concluye el 30 de noviembre. Los expertos predicen una temporada particularmente activa.
«Si los huracanes llegan al Golfo de México, el barco (encargado de recoger el crudo) no podrá permanecer en el lugar, lo cual querrá decir que la fuga no podrá atenuarse», dijo.
En caso de huracán, el viento podría empujar el petróleo muy lejos, hasta el interior de los humedales de Luisiana y dañar el frágil ecosistema local.
Pero, «los fuertes vientos y el mar agitado podrían diluir el petróleo y acelerar así su biodegradación», escribieron responsables de BP y agencias públicas.
Las autoridades dicen que hasta ahora han encontrado 29 cadáveres de delfines y 227 de tortugas en los estados costeros del Golfo de México. Es más que el promedio de la estación. Al menos un cadáver de cada una de las dos especies estaba afectado por el petróleo.
En el ámbito político, el departamento de Justicia anunció el martes que el ministro Eric Holder se desplazará en la jornada a Luisiana para «reunirse con los fiscales federales» y de los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama. Lo que indicaría, según The Washington Post, que «la catástrofe ecológica podría ser objeto de una investigación penal».
El presidente Barack Obama prometió «solemnemente» este martes hacer legalmente responsables a los culpables de la «catástrofe» petrolera, y agregó que, si fuera necesario, modificaría la ley para evitar que vuelva a ocurrir algo similar.
«Si nuestras leyes fueron violadas (…) yo prometo solemnemente hacer comparecer a los responsables ante la justicia, en nombre de las víctimas de esta catástrofe y de los habitantes de la región del Golfo», dijo Obama en un corto discurso en la Casa Blanca.