Temor por posible expansión del cólera


Vecinos en Haití­ toman agua del rí­o Masacre. FOTO LA HORA: AFP ERIKA SANTELICES

Varios paí­ses latinoamericanos tomaron medidas en los últimos dí­as para evitar que los alcance el brote cólera que azota a Haití­, como ocurrió en los años 90 con la epidemia aparecida en Perú, que mató a miles de personas en el continente.


Las primeras medidas fueron anunciadas por República Dominicana, que comparte con Haití­ la isla de La Española y por eso enfrenta el riesgo más alto de expansión de este brote que ha dejado al menos 292 muertos en el lapso de diez dí­as.

Para ingresar a República Dominicana desde Haití­, las personas deben lavarse y desinfectarse las manos y luego llenar una planilla médica.

En los mercados que se instalan en los cinco puntos fronterizos, el gobierno estableció igualmente puntos con agua potable, jabón y cloro, para «garantizar la higiene».

Incluso, el lunes, soldados de la fuerza de la ONU (Minustah) lanzaron disparos al aire para detener a haitianos que intentaban cruzar la frontera para acudir a mercados fronterizos.

En América del Sur, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador ya han anunciado un refuerzo de la vigilancia frente a esta infección intestinal aguda causada por ingestión de agua o alimentos contaminados por la bacteria del cólera, que puede conducir a la deshidratación y a la muerte.

«No es inevitable la expansión del cólera a otros paí­ses de la región», declaró Dan Epstein, oficial de información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde Washington. «Haití­ está en una isla», lo que puede reducir los riesgos de expansión, añadió.

Sin embargo, no sin ironí­a, los esfuerzos de la región por brindar ayuda a Haití­ tras el terremoto del 12 de enero, podrí­an ahora contribuir a llevar el cólera a otros paí­ses.

«En Colombia se han incrementado los viajes a Haití­ a través de la ayuda después del sismo. Ha habido mucho movimiento de personas», procedentes de ese paí­s, explicó a la AFP el coordinador colombiano de la vigilancia en salud pública Ví­ctor Hugo Alvarez.

Además de la tradicional vigilancia de aeropuertos y puertos, en Colombia se tiene especial cuidado con los barcos, ya que la enfermedad llega no sólo con viajeros, sino también, por ejemplo en las «aguas de lastre de las embarcaciones que van y vienen», señaló Alvarez.

En Venezuela, el gobierno activó medidas de vigilancia entre las que destaca «la toma de muestras para descartar el virus en el caso de vuelos humanitarios», indicó la ministra de Salud Eugenia Sader.

Perú tiene un equipo médico destacado en Haití­ «para hacer un muro de contención a fin que los casos no traspase la frontera y venga hacia Perú», según la Dirección Epidemiológica del ministerio de Salud.

La epidemia de Perú en 1991 se propagó rápidamente a varios paí­ses de la región –entre ellos Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, El Salvador y México– duró hasta 2005 y causó más de 10.000 muertes, mientras un millón de pacientes quedaron infectados, según la OMS.

Nunca se supo con certeza, según Dan Epstein, cómo alcanzó el continente, aunque una de las teorí­as es que el cólera pudo ser transportado por aguas de lastre de un barco asiático que acabaron contaminando el marisco peruano.

Este especialista anota sin embargo que la prevención puede ser eficaz con buena información, como la campaña que se llevó a cabo en Perú con una simple frase: «la solución esta en tus manos», invitando a adoptar medidas básicas de higiene.

América Latina, sin embargo, no está bien ubicada a nivel mundial en cuanto a suministro de agua potable, fundamental para evitar la propagación de la enfermedad.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Salud (FAO), solo 40% de los habitantes de América Latina y el Caribe tiene acceso al agua y apenas 13% de las aguas son tratadas adecuadamente.

«La contaminación del agua (…) es uno de los temas que requiere atención inmediata de los gobiernos» de la región, alertó en marzo el oficial regional de tierras y aguas de esta organización, Jan Van Wambeke.