Las potencias occidentales preparan una respuesta contundente en caso de que el régimen del presidente sirio Bashar Assad utilice armas químicas o biológicas en su guerra civil, advirtió hoy el ministro francés de Relaciones Exteriores.
El liderazgo sirio ha dicho que el país —que se cree cuenta con armas químicas, capaces de afectar el sistema nervioso, así como gas mostaza y cohetes Scud, capaces de transportarlas— podría usar sus armas químicas o biológicas si es atacado por fuerzas extranjeras.
El presidente Barack Obama ha dicho que si el régimen de Assad utiliza dichas armas letales, dibujaría una «línea roja» que Estados Unidos tomaría como un desafío, mientras que Francia ha endurecido su lenguaje con igual motivo.
Si Siria utiliza dichas armas, «nuestra respuesta … sería enorme y fulminante», dijo el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, a la radioemisora RMC.
Agregó que los países occidentales vigilan los movimientos del armamento sirio para «intervenir» en caso necesario.
Francia analiza «esta situación, especialmente con nuestros socios estadounidenses y británicos», dijo Fabius.
Agregó que Rusia y China «se encuentran en la misma posición», pero no dio detalles. Fabius se mostró exasperado por el persistente respaldo de ambos gobiernos a Assad.
Las cancillerías de China y Rusia se negaron el lunes a formular comentarios.
Desde el comienzo del conflicto sirio, Beijing ha insistido de forma sistemática en que debería resolverse por medio de negociaciones y no con el empleo de la fuerza extranjera.
Moscú es el principal aliado de Siria y el viceministro ruso de Relaciones Exteriores Gennady Gatilov dijo a The Associated Press en una entrevista reciente que Rusia recibió garantías del gobierno sirio de que no utilizará armas químicas. Gatilov agregó que Rusia «trabajará con el objetivo de evitar que ocurran esas cosas».
China y Rusia han utilizado en repetidas ocasiones su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear las iniciativas árabes y estadounidenses para imponer sanciones al régimen de Assad.
Fuego pesado mata a 18 personas
Aviones gubernamentales bombardearon hoy una aldea en el norte de Siria, matando a 18 personas por lo menos, dijeron organizaciones activistas, mientras que el nuevo enviado de la ONU en el país reconoció que mediar para buscar el fin de la violencia será una tarea «muy, muy difícil».
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, y los Comités de Coordinación Local dijeron que los bombardeos fueron dirigidos contra una zona residencial de la población norteña de al-Bab, a unos 30 kilómetros (20 millas) de la frontera turca. El Observatorio dijo que 18 personas murieron en la aldea y los Comités dijeron que fueron 25.
Un video tomado por un aficionado mostró a varios hombres que intentaban desenterrar posibles sobrevivientes o cadáveres entre los escombros de un edificio blanco y transformado en un montón de cascotes. La autenticidad del video no pudo ser confirmada independientemente.
El levantamiento sirio comenzó en marzo de 2011 con protestas callejeras contra el régimen del presidente Bashar Assad, mayormente pacíficas, pero se ha transformado desde entonces en una guerra civil. Los activistas sostienen que por lo menos 23.000 personas han muerto hasta ahora por la violencia.
En los últimos meses la violencia ha ido en aumento y los grupos activistas dijeron el domingo que unas 5.000 personas murieron en agosto solamente, el mayor número en más de 17 meses de lucha.
El lunes, los activistas dijeron que la violencia reina en todo el país, incluso los suburbios de la capital, Damasco, la región oriental de Deir el-Zour y la zona meridional de Daraa además de Idlib y Alepo en el norte.
Los activistas y los medios de comunicación estatales dijeron que una bomba improvisada en el barrio capitalino de Jaramana hirió a varias personas.
Las gestiones diplomáticas, entre ellas un plan de paz de seis puntos redactado por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, no han logrado detener la violencia.
El nuevo enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, se hizo cargo de la gestión el sábado tras el retiro de Annan, que renunció a fines de agosto.
Brahimi, un ex diplomático argelino de 78 años, ensalzó la labor de Annan y dijo que hizo «todo lo posible».