Los turcomanos temen por su futuro tras el anuncio de la muerte del presidente Saparmurat Niazov, que carece de un sucesor designado, mientras la oposición anunció su retorno del exilio a este país de Asia central rico en hidrocarburos.
«No dormí durante la noche. La cuestión principal es saber qué va a pasar conmigo, con mi familia, con el país», se inquieta Aiperi Biachimova, una jubilada de 60 años, resumiendo lo que sienten muchos habitantes tras la muerte del denominado «Turkmenbachi» («líder de todos los turcomanos»).
Ludmila, una vendedora en un mercado de Ashjabad, abierto al igual que todas las tiendas pese al duelo decretado hasta el 30 de diciembre, admite también que tiene «miedo por el futuro».
El autoritario presidente Niazov no había designado un sucesor. Son pocos los turcomanos que imaginan la vida sin quien se autodenominó presidente vitalicio en 1999 e impuso un culto a su personalidad.
Temen también las luchas por el poder en esta ex república soviética de Asia central, repleta de gas natural y situada sobre la costa oriental del paraíso energético que representa el Mar Caspio.
La prensa rusa mencionaba el viernes la posibilidad de que se cuestione la exclusividad de los contratos del gigante Gazprom para las entregas de gas turcomano en Europa, que representan una parte importante de sus exportaciones.
«Se inició una descarnada lucha por el poder en Turkmenistán, pero también es una nueva etapa de la lucha entre Rusia, China y la Unión Europea por el gas turcomano», predijo el diario Izvestia, según el cual la UE buscaría obtener gas turcomano «esquivando a Rusia».
Las primeras señales de una batalla de sucesión aparecieron con la nominación de Gurbanguly Berdymujamedov, hasta ahora viceprimer ministro, como presidente interino.
Esta función debería haber sido confiada, según la Constitución, al presidente del Parlamento, Ovezgeldy Ataiev, pero fue descartado a raíz de una investigación penal en su contra tan súbita como misteriosa.
Berdymujamedov convocó para el 26 de diciembre a una sesión extraordinaria del Consejo Popular, una asamblea de 2.500 responsables que deberá determinar la fecha de una elección presidencial así como quiénes serán los candidatos.
Según la Constitución, el jefe de Estado interino no tiene derecho a presentarse al escrutinio, que debe tener lugar en un plazo máximo de dos meses.
La televisión turcomana difundía música fúnebre y el retrato del difunto presidente acaparaba todas las portadas de los periódicos y hasta las calles de la capital, Ashjabad.
Saparmurat Niazov, de 66 años, murió en la noche del miércoles de un ataque cardiaco tras dirigir el país durante 21 años, desde la fecha en que era una república soviética, hasta que pasó a ser un país independiente.
El gigante ruso del gas Gazprom se declaró hoy confiado en que se mantengan los suministros de gas de Turkmenistán, muy importantes para Rusia, pese a la incertidumbre política en este país tras el fallecimiento ayer de su presidente Saparmurat Niazov.
«Tenemos contratos (…) regidos por normas internacionales» con Turkmenistán, declaró el vicepresidente de Gazprom, Alexandre Medvedev, en conferencia de prensa.
«No hay razones para cambiar las condiciones (de los contratos), sea cual fuere la identidad del presidente de Turkmenistán» que sucederá a Niazov, añadió.
Turkmenistán, importante abastecedor de Rusia, tenía a fines de 2005 reservas probadas de gas de unos 2,9 billones de metros cúbicos, ubicándose en el 12º lugar mundial, según el grupo petrolero BP.