Los dos cooperantes franceses y sus tres guías afganos, detenidos por los talibanes desde hace una semana en el sur del país, esperaban hoy una decisión sobre su suerte que provocaba crecientes temores después de la ejecución de un intérprete afgano.
Los talibanes declararon que darían a conocer su «decisión sobre la suerte» de los dos voluntarios franceses de la ONG Tierra de infancia después de haber «resuelto el caso» de Adjmal Naqshbandi, el intérprete afgano del ex rehén italiano Daniele Mastrogiacomo.
Adjmal Naqshbandi, de 23 años, fue decapitado el domingo en la provincia de Helmand (sur), 24 horas antes de la expiración del ultimátum, debido, según los talibanes, al rechazo de las autoridades a negociar un intercambio de prisioneros como lo habían hecho en el caso del reportero del cotidiano La Repubblica, liberado el 19 de marzo.
Esta ejecución provocó reacciones airadas de Washington y Roma, como también de Kabul. Varios diarios afganos denunciaban el lunes este asesinato «bárbaro» y preveían boicotear toda información dada por los talibanes.
Varios responsables del gobierno afgano que fueron interrogados no ocultaban su incomodidad y sus temores por los dos franceses, un hombre y una mujer secuestrados el 3 de abril en la provincia de Nimroz (suroeste) y trasladados, según las autoridades locales, a la vecina de Helmand, feudo de los insurgentes.
Hasta ahora, los talibanes no han presentado demanda por los franceses y sus acompañantes.
De todas maneras, la semana pasada, el presidente afgano Hamid Karzai aseguró que no habría más canje de prisioneros después de las críticas formuladas por Washington y Londres luego de la liberación del italiano.
«Hay un principio bien establecido en la comunidad internacional que es el no ceder jamás al chantaje. Karzai cedió frente a los talibanes y a los italianos que amenazaban con retirar sus tropas. Es totalmente responsable de esta situación», estimó el diputado y ex ministro Ramazan Bachardost.
Por otra parte, los talibanes tienen en su poder desde el 27 de marzo a un equipo médico de cinco afganos y por cuya liberación exigen la de algunos de sus militantes.
Varios puntos obscuros persistían en torno al secuestro del periodista italiano y de sus dos guías afganos.
Los servicios secretos afganos cuestionaron al director afgano del hospital administrado por la ONG italiana Emergency en Lashkar Gah, capital de Helmand, al sospechar que «entregó» los tres hombres a un colaborador del mulá Dadulá, uno de los principales jefes talibanes.
Rahmatullah Hanefi, que sirvió de intermadiario en las negociaciones por el periodista italiano, fue detenido poco después de la liberación de éste.
Gino Strada, fundador de la ONG Emergency, denunció «una calumnia» proveniente de una «camarilla de asesinos», en declaración a la prensa italiana.