Los cohetes lanzados hoy desde Líbano han generado temor de una escalada en la frontera norte de Israel, que ya tiene abierto un frente en Gaza, aunque el movimiento islamista chiita Hezbolá negó su implicación en ese ataque.
Sin embargo Israel relativizó la trascendencia del hecho y dijo que no quería abrir un nuevo frente, en momentos en que se multiplican los esfuerzos diplomáticos por alcanzar una tregua en la franja de Gaza, controlada por el movimiento islamista Hamas, contra el cual Israel lanzó hace trece días una ofensiva que ya dejó más de 700 muertos.
«Sabíamos que los extremistas del Líbano querían sacar provecho de la batalla con Hamas», declaró a la AFP un alto responsable gubernamental que prefirió guardar el anonimato.
«No nos sorprende y estamos preparados para cualquier posibilidad», añadió el responsable que no ha querido acusar directamente al Hezbolá libanés contra el que Israel ya lanzó una guerra en 2006.
Tras el primer ataque, fuentes militares israelíes anunciaron que había caído una segunda tanda de misiles, aunque resultó ser una falsa alarma.
Según estas fuentes, el Estado Mayor israelí considera que los cohetes fueron lanzados por grupos palestinos como reacción a la ofensiva israelí en Gaza y con el acuerdo tácito de Hezbolá.
Pero el poderoso grupo islamista chiita se desvinculó de ese ataque.
«El Hezbolá nos ha asegurado que seguía comprometido con (preservar) la estabilidad y respetar la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, lo que significa que no está implicado», declaró a la AFP el ministro libanés de Información Tarek Mitri, cuando el gobierno libanés condenó los disparos.
«Esperamos que el Líbano no entre en este conflicto (en la franja de Gaza) pero debemos estar más atentos para que este incidente no se repita», añadió.
La resolución 1701 había concluido el 14 de agosto de 2006 con el cese de las hostilidades, aunque no un alto el fuego permanente, entre Hezbolá e Israel tras 32 días de guerra.
El portavoz de Hamas en el Líbano declaró por su parte que su movimiento no era responsable de los disparos.
«No ha sido ninguna fracción palestina y no sabemos quién ha lanzado los misiles», declaró a la AFP Raafat Morra.
Al menos dos cohetes de tipo Katiusha lanzados desde Líbano se abatieron en el oeste de Galilea (norte de Israel), en los sectores de la ciudad de Nahariya y del kibutz Kabri, hiriendo levemente a dos mujeres, según el último balance.
El ejército israelí respondió inmediatamente lanzando varios obuses hacia el Líbano, indicó un portavoz militar.
Los habitantes de Nahariya fueron inmediatamente exhortados a permanecer en sus casas, en habitaciones protegidas.
Un portavoz del ejército libanés confirmó que «se lanzaron varios cohetes por una parte no identificada» del sur del Líbano y que la artillería israelí había replicado en el norte de la ciudad de Naqura, sin ocasionar víctimas.
El ejército libanés y la fuerza de la ONU en el Líbano (FINUL) se declararon en un «estado de alerta reforzado» al sur del río Litani, para controlar la zona de cerca e «impedir cualquier posibilidad de que se repitan nuevos lanzamientos de cohetes», según una fuente militar francesa.
El miércoles, el jefe del Hezbolá, Hassan Nasralá, se dijo preparado para una nueva guerra con Israel y amenazó al Estado hebreo con represalias todavía más importantes que durante el conflicto de 2006 si Israel abría un segundo frente paralelo al de la franja de Gaza.
El martes, el primer ministro israelí Ehud Olmert lanzó una advertencia a Hezbolá. «Que nadie se confunda sobre nuestra determinación en todos (los) frentes», declaró.
El día anterior, el jefe de los servicios de información militares, el general Amos Yadlin, había advertido de un posible ataque de Hezbolá.