Temas de interés Banco de Comercio


En contados meses se cumplirán tres años de la vil estafa hacia seis mil ahorrantes en el citado banco. Nunca supimos que los propietarios son delincuentes.

í“scar Enrique Alvarado S.

Cuando decidieron dar el golpe los «banqueros» compraron la voluntad del Superintendente de Bancos, quien incluso un mes antes del cierre de la institución dijo ante los medios de comunicación que el sistema bancario estaba sólido, lo que fue un engaño hacia la población.

Al presentar las denuncias ante el Ministerio Público, yo personalmente sufrí­ malos tratos de palabra por parte de una fiscal de Asuntos Administrativos.

Ahora resulta que con la nueva ley de Pánico Financiero puedo ser procesado por externar mis opiniones.

Cuando se dan estafas de tal calibre nadie protege al ahorrante. Ni el Presidente del paí­s, jueces, magistrados, fiscales, policí­as, incluso la INTERPOL.

Habrí­a que sufrir con mucha paciencia la pérdida de nuestros ahorros si decidiésemos claudicar, contribuyendo con esto a la IMPUNIDAD. Ojalá que los procesos legales ya iniciados sean resueltos favorablemente para los afectados. Confí­o en Dios en que esto llegue a un final justo para poder confiar en tantas autoridades. Si así­ fuese lo sabré reconocer por estos medios. De lo contrario seguiré en la lucha.

El ahorro es vital para el desarrollo del paí­s. La confianza se fortalecerá en la medida en que estos tristes hechos no sucedan más. Para ello tienen que cumplir sus tareas de control y fiscalización la Junta Monetaria, la Superintendencia de Bancos y el Banco de Guatemala, tal como lo ordena la Constitución Polí­tica de Guatemala y leyes especí­ficas.

Si alguien de los que lee estos renglones me quisiera criticar recuerde que lo mismo le podrí­a suceder, a menos que quien critique sea una persona pagada o bien un partí­cipe de la estafa.

En nada puede afectar al pueblo de Guatemala el que nos paguen nuestros ahorros, por el contrario se fortalecerá el sistema si el Estado solicita la extradición de los delincuentes y les obliga a entregar las cantidades defraudadas y que entren al Tesoro Público.

Recuerde el actual presidente ílvaro Colom que en su campaña nos prometió resolver este problema, que ha llenado de luto a las familias afectadas, surgiendo enfermedades en personas que dependí­an únicamente de sus ahorros. Recordemos que los intereses pactados nunca fueron superiores a los ofrecidos por otras entidades bancarias en ahorro de plazo fijo.

Yo no pido el pago de intereses ni de responsabilidades civiles. Solamente deseo el reintegro de mis ahorros obtenidos con el trabajo honrado de muchos años. El Estado de Guatemala sí­ puede pedir el pago de daños y perjuicios y cárcel respectiva para los delincuentes.