En un apartamento de Tel Aviv podrían hallarse documentos que hasta ahora no estuvieron disponibles y que podrían aclarar algunos aspectos desconocidos de la vida del escritor judío de Praga Franz Kafka, muerto hace 84 años, afirma este domingo el diario israelí Haaretz.
En extractos de un artículo que será publicado el próximo lunes, este cotidiano precisa que dichos documentos fueron entregados por Kafka (1883-1924) a su amigo Max Brod, que editó su obra en Palestina, durante el mandato británico.
Después de la muerte de Max Brod, en 1968, su secretaria Esther Hoffe heredó esos documentos e impidió que los investigadores tuvieran acceso a los mismos. Sin embargo, vendió varios de estos textos, y otros fueron depositados en cajas fuertes en bancos de Suiza.
Según el Haaretz, después de la reciente muerte de Hoffe, que vivía en Tel Aviv, sus dos hijas heredaron esos documentos, que seguramente despertarán gran interés. El jueves pasado se celebró el 125º aniversario del nacimiento del autor entre otras obras de «La metamorfosis», «El proceso» y «El castillo».