«Hay que desnudar la memoria (…) para reconstruir la verdadera historia.»
Nora Murillo
rmarroquin@lahora.com.gt
Más de 45 fotografías de Mauro Calanchina, expuestas en el MUSAC, nos muestran el compromiso del movimiento estudiantil universitario de la década de 1970, que debe ser vigente para quienes integramos hoy la Universidad de San Carlos de Guatemala. Comparto con ustedes el documento que ha circulado en el marco de la exposición «Hilando la memoria, tejemos nuestra historia»:
«A través del desarrollo de la sociedad se ha comprobado que para comprender nuestro presente y construir nuestro futuro es indispensable hacer un recorrido por los hechos del pasado. En Guatemala, la historia ha sido ocultada, tergiversada y construida a partir de los grupos que ostentan el poder. Los planteamientos de la población excluida y explotada son sistemáticamente descartados porque atentan contra la situación de bienestar de la oligarquía y el imperialismo norteamericano.»
Hace más de treinta años, a finales de la década de 1970 y principios de 1980, durante los gobiernos militares de Carlos Arana Osorio, Kjell Laugerud García y Romeo Lucas García, los aparatos represivos del Estado intentaron coartar cualquier tipo de movimiento popular y revolucionario que propusiera un cambio en la estructura económica y social del país.
La Universidad de San Carlos de Guatemala fue una de las instituciones más atacadas y debilitadas durante el conflicto armado interno; cientos de catedráticos, catedráticas y estudiantes fueron torturados, detenidos-desaparecidos y asesinados por manifestar su clara oposición a las políticas implementadas por las dictaduras militares.
Además de eliminar a los principales líderes y lideresas, estudiantes que se integraron en las organizaciones sociales y, a cualquier persona que intentara acercarse al movimiento estudiantil, la represión buscó acabar las ideas de cambio y, al mismo tiempo, borrar la memoria para que nadie más, en el futuro, las conociera. La represión surtió efecto: el miedo es la actual mordaza y la mejor herramienta del olvido. La impunidad fortalece la cultura del silencio.
En Guatemala, rescatar la memoria es una lucha constante y es vigente la necesidad de construir la historia del pueblo a través de diversas acciones, como visibilizar nombres, rostros, vida y luchas de mujeres y hombres universitarios comprometidos con el movimiento estudiantil, e identificados con las necesidades de la población para eliminar la desigualdad e injusticia que hasta hoy vive nuestro país.
Lo que el movimiento estudiantil aportó contribuye con las luchas históricas y actuales del pueblo de Guatemala, e invita a la comunidad universitaria a valorar y rescatar el compromiso de la Usac con las causas sociales.
Si bien la recuperación de la memoria puede ser dolorosa, tanto para quienes estuvieron presentes en las luchas como para quienes hoy empiezan a descubrirlas, es indispensable para concretar la propuesta de una sociedad más justa.
La exposición «Hilando la memoria, tejemos nuestra historia. Imágenes de Mauro Calanchina», es un esfuerzo por acabar con el silencio y una muestra de que la recuperación de la memoria es un punto de partida y no un fin en sí mismo.