Las cámaras de vigilancia ubicadas en el trayecto de la zona 13 lanzaron las pistas a los investigadores del Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional Civil (PNC), quienes lograron individualizar al asesino del empresario Max Morel Aycinena.
Las imágenes muestran cuando Wilman Alfredo Mijangos Cano, de 26 años, quien es detenido por asesinato, persigue a su víctima, cuadras atrás. En la 3ª. avenida y 5ª. calle de la zona 13, el delincuente saca la pistola y dispara.
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Las pruebas que sustenta el Ministerio Público (MP) para acusar a este hombre se basan en los rasgos físicos del asesino, los que son visibles a través del casco que portaba cuando comete el crimen; la motocicleta M-900 BWY, de color rojo, marca Suzuki, en la que se movilizaba pertenece al detenido, vehículo que fue comprado legalmente.
La vestimenta del sindicado es otra de las pruebas. Los zapatos tenis blancos que calzaba el día del asesinato son encontrados en los allanamientos realizados por las autoridades, pero estos ya están teñidos de negro.
Asimismo, el sistema satelital que lanza el teléfono móvil de la víctima permite identificar que se encuentra en una de las dos casas allanadas, en la colonia La Verbena, zona 7, donde se capturan a dos hombres más, primos del sindicado.
Las pesquisas vinculan a ílvaro Estuardo y a Rigoberto, ambos de apellidos Cano Ruiz, con Mijangos Cano, pues allí aparentemente se encuentra el chip del teléfono de la víctima.
Un total de 28 celulares se hallan en las residencias allanadas, así como 15 chips, Q67,952, chalecos y otras evidencias.
EN MíS DE UN CRIMEN
La Policía Nacional Civil (PNC), por su parte, sospecha que el detenido por asesinato está vinculado a una cadena de crímenes de automovilistas, en las zonas 13 y 10; sin embargo, hay sustento en dos crímenes, incluyendo el del empresario.
Esta banda, integrada por tres familiares y posiblemente por otros individuos, asaltaba a conductores de vehículos Mercedes Benz, Audi y BMW, según indican.
Los delincuentes escogían a sus víctimas desde varias cuadras atrás, aprovechándose de la espera que realizaban mientras el semáforo cambiaba de señalización. Regularmente el sicario de la banda viajaba solo.
Su operatividad no se limitaba al atraco de automovilistas, pues también se sabe que asaltaban a cuentahabientes que sacaban fuertes cantidades de dinero, a quienes esperaban al salir del banco, los perseguían hasta el parqueo o lugares aledaños y después los despojaban del efectivo.
El grupo criminal se ha caracterizado por disparar a quien se oponga a entregar sus pertenencias, como aparentemente sucedió con el fallecido.
Las pesquisas continúan, para desarticular a la banda completamente. Se presume que hay más involucrados.
La Fiscalía que lleva el caso informó al cierre de la edición que los tres detenidos serán procesados por los delitos de asesinato, robo agravado, asociación ilícita y conspiración.