Amparo Minguet, que no se separa por nada del mundo de su teléfono multifuncional, encuentra en las nuevas tecnologías un progreso innegable para los sordos, al igual que los participantes en el Congreso Mundial de este colectivo que se celebra hasta el domingo en Madrid.
«Las tecnologías son importantes para la comunidad de las personas sordas: Internet, webcams, correos electrónicos, SMS y sistemas de chateo», explica esta directora de formación de un instituto de sordos de Valencia (este).
Expresándose mediante signos, pone en función vibratoria su teléfono de pantalla chata posado sobre sus rodillas. «Gracias a esto estoy fácilmente en contacto, recibiendo textos y vigilando mi correo», dice a través de una traductora del idioma de los signos.
Minguet es responsable de la sección científica del XV Congreso de la Federación Mundial de Sordos (World Federation of the Deaf, WFD) que reúne a unos 2 mil 500 sordos o personas con defectos auditivos del mundo entero en Madrid.
Su agenda y su empleo de tiempo apretado esta semana de congreso lo gestiona en gran parte gracias a su teléfono multifunciones que le ayuda a fijar encuentros sin el temor a posibles errores de interpretación visual con personas venidas del otro extremo del mundo que practican un lenguaje de signos muy diferente al de ella.
Este Congreso que se celebra cada cuatro años (su última edición tuvo lugar en Montreal, Canadá) tiene como principal finalidad «avanzar en el reconocimiento de los lenguajes de signos en las legislaciones nacionales», explica otra organizadora del Congreso, Ana María Vázquez, especialista universitaria en el idioma de signos.
Pero también es ocasión para que sordos de todo el mundo puedan compartir experiencias y conocimientos en los campos educativo, cultural, científico y de las nuevas tecnologías.
Las compañías de telecomunicaciones se muestran cada vez más atentas al mercado de las personas sordas.
El operador británico Vodafone se encuentra entre la treintena de sociedades y asociaciones que expone en Madrid.
«Vodafone pretende ser una sociedad implicada con todos y también los discapacitados», explica Rosa María Martín, que interviene en nombre del gigante de las telecomunicaciones, segundo en España en telefonía móvil.
La sociedad ofrece un precio especial para los sistemas Blackberry del grupo canadiense RIM (Research in Motion) entre los cuales las «aplicaciones de chat están perfectamente adaptadas a las necesidades de comunicación de las personas sordas», según un folleto.
David Hoareau recorrió 12 mil kilómetros desde la isla de la Reunión, un territorio francés al este de ífrica, para asistir con una veintena de alumnos, al congreso.
«Los sordos tienen fama de aislados. Este congreso muestra, por el contrario, que somos capaces de salir para intercambiar nuestras experiencias, para comunicarnos», explica el profesor.
La variedad de idiomas de signos en el mundo hace a veces difícil la comunicación en este tipo de encuentros internacionales, reconoce.
«Es difícil pero con un poco de perseverancia, estando atento a las miradas y expresándose simplemente, se termina por comunicar con todo el mundo, como lo haría cualquier congresista utilizando un inglés básico», concluye.