Tarea para Colom


Dentro de las muchas cosas pendientes en Guatemala y que tendrí­a que asumir como tareas el Presidente electo, ílvaro Colom, sin duda que darle seguimiento a los temas inconclusos de los Acuerdos de Paz constituye una de las prioridades con el agregado y ventaja de que se trata de una agenda que ya está no sólo escrita, sino que además fue producto de un consenso entre los distintos sectores del paí­s.


Durante la campaña fue poco lo que se habló de los Acuerdos de Paz, pero hay que recordar que el Presidente electo fue parte del gobierno de Arzú al que correspondió la parte final del proceso y la firma de la paz, amén de que su debut en la polí­tica fue como candidato de las fuerzas de la izquierda entre las que estaba la URNG que se ha proclamado como una de las partes del proceso de paz. En otras palabras, pocos de nuestros polí­ticos tienen tanto compromiso con la paz como quien asumirá la presidencia en enero próximo y eso debiera ser un acicate para lograr que se implemente toda una polí­tica orientada a hacer efectivos los acuerdos.

Hoy, cuando se conmemora un aniversario más de la firma de la paz, es bueno recordar que hay demasiados pendientes y que urge que se adopten medidas para implementar como polí­tica de Estado el contenido de los acuerdos en todo aquello que está pendiente. Nos hace falta entender que la paz firme y duradera no puede ser resultado simplemente del cese al fuego o de la desaparición de los antagonismos ideológicos, puesto que debemos recordar que el conflicto tuvo razones muy peculiares derivadas de nuestra realidad social.

Para superar cualquier posibilidad de nuevos conflictos hace falta, sobre todo, una fuerte inversión social para compensar la debilidad de aquellos guatemaltecos que viven marginados de los beneficios del sistema. Es urgente darles a los ciudadanos una oportunidad para desarrollar su potencial en la Patria, sin necesidad de tener que emigrar y convertirse en puntales de nuestra economí­a mediante el enví­o de remesas.

Y la forma de invertir está en buena medida detallada en los acuerdos de paz y también en ellos se contempla la necesidad de recaudar más para hacerlo. Ojalá que esos documentos sirvan de guí­a al nuevo gobierno, no sólo por la urgencia que tenemos para resolver ancestrales problemas, sino para evitar que en el futuro puedan darse desacuerdos de tal magnitud y calibre que nos coloquen de nuevo en una situación de conflicto y convulsión. No olvidemos que la necesidad y el hambre influyen negativamente en el ánimo de la gente y pueden ser detonantes.