Tailandia vota tras golpe de Estado



Tailandia se preparaba hoy para las primeras elecciones desde el golpe de Estado incruento dado hace un año por los militares, que controlarán atentamente los comicios de hoy sobre los que pesará la sombra del depuesto primer ministro, Thaksin Shinawatra.

Los generales –que expulsaron del poder al dos veces jefe del gobierno en septiembre de 2006– señalaron que las elecciones de hoy devolverán la democracia a Tailandia, donde votarán 45,7 de los 64 millones de habitantes del paí­s.

Sin embargo, los observadores ponen en duda la trasparencia de los comicios en el más de un tercio del paí­s bajo ley marcial, incluidas las provincias rurales del noreste, el feudo electoral de Thaksin.

«No son unas elecciones normales. Se convocaron bajo presión de los militares. No hubo debates polí­ticos. El único tema es si se quiere o se odia a Thaksin», dijo Ukrist Pathmanand, profesor de ciencias polí­ticas de la universidad Chulalongkorn de Bangkok.

Pese a vivir autoexiliado en Londres desde el golpe de Estado, Thaksin, de 58 años, sigue siendo la figura dominante de la polí­tica tailandesa.

Sus aliados polí­ticos del Partido del Poder del Pueblo (PPP) afirmaron en un mitin ayer que regresará a Tailandia el 14 de febrero, tras la formación del nuevo gobierno.

Hoy, Abhisit Vejjajiva, lí­der del principal partido rival del PPP, el Partido Demócrata, señaló que Thaksin deberí­a regresar antes al paí­s asiático.

En cuanto a los comicios, la campaña se cierra oficialmente a las 5:00 de hoy (hora de Guatemala). Los primeros resultados no oficiales de la votación se darán a conocer a partir de la medianoche entre mañana y el lunes (hora de Tailandia).

El PPP logró englobar con éxito a los seguidores del partido de Thaksin, el Thai Rak Thai (Los tailandeses quieren a los tailandeses), desmantelado por los militares y apoyado mayoritariamente por los campesinos.

El Partido Demócrata cuenta, por el contrario, con el voto de la clase media.

Esta encabezó la protesta anti-Takshin que culminó con el golpe de Estado en su contra, resaltando así­ aún mas las diferencias entre la rica clase social urbana y la pobreza de las zonas rurales.

Los analistas predicen que ninguno de ambos partidos logrará una clara mayorí­a en el parlamento, que tiene 480 escaños, por lo que se verán forzados a formar una coalición con el apoyo de las fuerzas menores.

Durante los últimos 15 meses en el poder, los militares intentaron asegurar su influencia sobre el gobierno tras las elecciones.

Las elecciones de mañana se celebran tras la aprobación en un referéndum, en agosto, de una constitución respaldada por el ejército.

Las voces crí­ticas advierten que ésta retrocede en reformas democráticas y que estimulará gobiernos débiles de coalición al tiempo que devolverá la verdadera autoridad a los militares, la burocracia y a la monarquí­a.

Estas tres instituciones han jugado papeles clave en la mayor parte de la turbulenta historia polí­tica de Tailandia, que ha sufrido 18 golpes de Estado en los últimos 75 años.

El parlamento constituido bajo el actual gobierno golpista impulsó, a través de un proyecto de ley sobre la seguridad aprobado el jueves, que el ejército pueda suspender los derechos básicos y anular los trámites normales de gobierno en todo lugar y momento.

Esta medida sólo hará que «los militares sigan influenciando la polí­tica. No se irán», vaticinó Ukrist.