Un millar de efectivos militares y policiales bloquearon una de las intersecciones más transitadas de Bangkok hoy para impedir una protesta, y las autoridades dijeron que no permitirán más manifestaciones contra el golpe militar de la semana pasada.
Los soldados bloquearon todos los accesos al Monumento a la Victoria en la capital en una gran demostración de fuerza durante la hora pico vespertina en una zona donde se concentran las líneas de autobuses urbanos.
Una decena de camiones de transporte de presos estaban estacionados en torno a la glorieta desierta y había escasas señales de esas manifestaciones que se han producido casi a diario a pesar de la prohibición de efectuar reuniones políticas.
Un belga fue arrestado por usar una camiseta con la leyenda PAZ POR FAVOR y dos mujeres tailandesas fueron alejadas del lugar en un camión policial por exhibir carteles contra el golpe.
Las manifestaciones han sido pequeñas y en general carentes de dirección, pero los activistas tenían planes de congregarse hoy y convocaron a un acto masivo para el domingo.
El subjefe de la policía nacional, general Somyot Poompanmoung, dijo que no se tolerarían más protestas. Añadió que en la operación del jueves participaron unos mil 350 efectivos militares y policiales de nueve compañías.
«Sabemos que el acto es principalmente por razones simbólicas, pero es contra la ley», afirmó. «La ley debe ser sagrada».
Somyot advirtió que si los manifestantes modifican sus tácticas, «estamos listos para enfrentarlo».
Horas antes, un centenar de estudiantes realizaron una protesta contra el golpe en terrenos de la Universidad Thammasat que se desarrolló pacíficamente.
En la víspera, centenares de manifestantes se congregaron en el Monumento a la Victoria. Arrojaron botellas de agua y otros objetos a los soldados y pintaron en un transporte militar la leyenda «NADA DE GOLPE. FUERA».
Un golpe pacífico derrocó al gobierno electo que llegó al poder tras una victoria abrumadora hace tres años. El ejército dijo que debió actuar para restaurar el orden luego de siete meses de crisis política cada vez más intensa en la que murieron 28 personas y más de 800 resultaron heridas en diferentes enfrentamientos y ataques.
Horas antes, la junta militar dijo que no desea «aferrarse al poder» pero tampoco tiene una fecha definida para convocar a elecciones libres.
Una semana después de protagonizar el golpe de Estado en Tailandia el ejército convocó a una conferencia de prensa en lo que parece un esfuerzo para responder a las críticas internacionales. No obstante, altos oficiales del ejército que acudieron no ofrecieron una hoja de ruta para restaurar el proceso democrático en el país.
«Definitivamente tendremos elecciones», dijo el teniente general Chatchalerm Chalermsukh, el subdirector de gabinete del ejército. Pero, agregó, «esto llevará tiempo. Si me preguntan cuánto tiempo se llevará, es difícil responder».