Un nuevo horario rige desde esta semana para las sesiones de Pleno en el Congreso, tomando en cuenta las «apretadas» agendas que tienen, sobre todo en la labor que realizan arduamente los fines de semana en sus respectivos distritos electorales.
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Las plenarias cambiaron de la siguiente forma: el martes, a partir de las 14:00 horas, y los jueves a las 9:00 horas, dejando libre el día miércoles para sesiones de comisiones y de bancada. Sin embargo, la estrategia falló.
Roberto Alejos, presidente del Congreso, levantó la sesión por falta de asistencia a las 9:30 horas, cuando había no más de 27 diputados. Al salir de la sesión, sin detener su paso acelerado, pensó en voz alta que procuraría por descontar el día a los diputados ausentes, lo que equivale, aproximadamente, a rebajarles 625 quetzales de su cheque de fin de mes.
Los jefes de bloque llegaron pacientes e ignorantes de lo que había ocurrido, pero opinaron que nada había estado claro con la nueva modalidad, restando importancia al asunto.
El diputado Efraín Ríos Montt calificó de ilegal la actitud de Alejos por no haber esperado que hubiera asistencia mínima de 40 legisladores. Alejos dijo que la ausencia de sus colegas de bloque para sesionar no es cuestionable «Porque somos los directores de la orquesta», dijo.