El gobierno hondureño suspendió hoy por tiempo indefinido la búsqueda de ocho mineros atrapados desde hace seis días en un pequeño socavón en el sur del país.
«Es casi nula la esperanza de que los mineros estén con vida», dijo en rueda de prensa en la zona el geólogo Aníbal Godoy, designado por el gobierno para dirigir la operación de rescate.
Agregó que «se suspendió toda labor de salvamento en la mina y por un tiempo prudencial… Así tratamos de no arriesgar más vidas humanas en el rescate de los atrapados bajo tierra».
Godoy afirmó que la decisión la adoptó el gobierno luego de analizar la situación junto con un grupo de expertos.
«El cerro colapsó tanto por fuera como por dentro», subrayó. «Y no es posible afirmar las paredes de los agujeros, que han cedido repetidamente a nuestros intentos por adentrarnos en ellos».
La antigua mina de oro San Juan Arriba opera sin control estatal y se encuentra al pie de un acantilado rocoso de 30 metros de altura en una región montañosa de la localidad de El Corpus, a unos 100 kilómetros al sur de Tegucigalpa.
El cerro está perforado por centenares de agujeros, en su mayoría soterrados, y 60 activos, según las autoridades. No se dispone de mapas de los túneles.
Luis Andrés Rueda, alcalde de El Corpus, dijo que «recuperar los cuerpos es casi imposible. Por eso, preparamos a las familias de los afectados para que acepten lo peor».
De los 22 hombres sepultados en el derrumbe el miércoles pasado, 11 pudieron salir inmediatamente por sus propios medios y otros tres fueron rescatados el viernes.
En julio de 2013 un muchacho perdió sus piernas, que fueron trituradas por una máquina en la mina de San Juan Arriba, y otros dos fueron sepultados por un derrumbe en el lugar.
El Corpus está situado en la provincia de Choluteca, donde la minería artesanal emplea a alrededor de 5.000 campesinos pobres afectados por plagas en los últimos cinco años que destruyeron sus cultivos de granos básicos y café.
En la región sur de Honduras hay más de 50 minas con pasadizos de hasta 200 metros bajo tierra. La mayoría son rentadas por los propietarios a buscadores de minerales por 1.000 o 2.000 dólares al mes.