Surgen nuevos datos sobre héroe del Holocausto


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Las autoridades rusas han publicado documentos provenientes de un oficial alemán que fue encarcelado después de la Segunda Guerra Mundial junto con Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que salvó a miles de judí­os durante el Holocausto y cuyo paradero ha sido un misterio durante décadas.

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Por ARTHUR MAX

La publicación de las declaraciones de Willy Roedel han causado asombro ya que los rusos hasta ahora negaban su existencia, dicen dos expertos que han investigado durante décadas el caso Wallenberg.

Ello despierta la posibilidad de que Moscú está reteniendo información sobre Wallenberg, quien salvó a miles de judí­os húngaros durante el Holocausto y fue arrestado por los soviéticos después de la guerra, perdiéndose en el «gulag», como se le llamaba a la vasta red de prisiones, campamentos de trabajo forzado e instituciones psiquiátricas que se usaban como castigo durante la era comunista, dijeron los especialistas Susanne Berger y Vadim Birstein.

Berger, de Alemania y Birstein, de Rusia, son miembros de la Comisión de Trabajo Sueca-Rusa a cargo de investigar el caso Wallenberg, establecida en la década de 1990.

Wallenberg, considerado uno de los mayores héroes humanitarios durante el intento nazi de exterminar a los judí­os, tendrí­a hoy 99 años y lo más probable es que ya falleció. Sin embargo, un dedicado grupo de familiares, expertos y admiradores continúan investigando su paso por el sistema penitenciario soviético, del cual se ha publicado muy escasa información a pesar de que han pasado 20 años desde el colapso de la Unión Soviética.

Los rusos sostienen que Wallenberg fue ejecutado el 17 de julio de 1947, pero la comisión investigadora en un reporte del 2000 cita evidencias convincentes de que vivió muchos años más como prisionero con otro nombre o conocido sólo por su número, incluso hasta la década de 1980.

Desde un comienzo, los expertos indagaron sobre sus compañeros de celda, entre ellos Roedel, quien habí­a sido asesor polí­tico del embajador alemán en Rumania, pero con poco éxito.

Ahora han surgido declaraciones de Roedel en el libro «Secretos de la Diplomacia del Tercer Reich» con transcripciones o anotaciones de una veintena de diplomáticos alemanes. Fue publicado este año por archiveros del Servicio de Seguridad Federal, el organismo sucesor de la KGB.

Los comentarios son anteriores a los dos años en que Roedel fue compañero de celda de Wallenberg, de marzo de 1945 a marzo de 1947, y arrojan poca luz sobre el paradero de Wallenberg. Pero el sólo hecho de que existen es importante, dicen historiadores.

De acuerdo a las averiguaciones de la comisión, las autoridades rusas «insistí­an una y otra vez en que no se preservaron las transcripciones de las interrogaciones de Roedel. Por ello estábamos tan sorprendidos cuando vimos ese libro», dijeron.

Las revelaciones «son el indicio más claro de que los archivos rusos contienen documentos importantes sobre el caso Wallenberg que no han sido divulgados», dijeron los investigadores. Roedel falleció en circunstancias nunca esclarecidas en octubre de 1947.

En las transcripciones, Roedel habla sobre las actividades de Gustav Richter, un agregado policial alemán que cooperaba con las autoridades rumanas sobre «la cuestión judí­a», dicen Berger y Birstein. Cuando Wallenberg fue encarcelado, fue colocado en una celda con Richter por seis semanas.

«Por supuesto que fue intencional», dijo Berger en un correo electrónico enviado a la AP. La intención era interrogar luego a Richter sobre las actividades de Wallenberg, añadió.

Las declaraciones de Roedel, que abarcan unas siete páginas, fueron sacadas de un dossier de 549 páginas, y de la enumeración de papeles se deduce que habrí­a otras 57 páginas aún en poder de los rusos.

«Estas páginas podrí­an contener información sobre el tiempo en que Wallenberg estuvo en la cárcel y su paradero después», escribió Berger a la AP. «En fin, esto lo que demuestra es que no se puede creer a los rusos cuando ellos dicen que no tienen más documentos».

El Servicio de Seguridad Federal no respondió de inmediato a pedidos de comentario de la AP. Nunca se ha dado una explicación oficial sobre el arresto de Wallenberg en enero de 1945 en Budapest en manos del Ejército Rojo Soviético.

En los seis meses previos, Wallenberg habí­a otorgado permisos de viaje suecos a unos 20.000 judí­os que iban ser deportados a campos de exterminio, y habí­a convencido a los nazis de desistir de su plan de destruir el gueto de Budapest, donde viví­an 70.000 judí­os.

El libro es la segunda revelación reciente sobre Wallenberg que surge en los últimos tiempos.

El año pasado, la agencia de seguridad rusa dijo a Berger y Birstein que un hombre identificado sólo como «Prisionero Número 7», quien fue interrogado seis dí­as después de la supuesta muerte de Wallenberg, era «con gran probabilidad» el mismo Wallenberg. Ese informe reivindicarí­a la antigua teorí­a de que la versión oficial de la muerte de Wallenberg es falsa.

Wallenberg se ha convertido en una especie de héroe en los relatos sobre el Holocausto, debido a su resistencia a los nazis, a su misteriosa desaparición y a las versiones de que se le vio vivo. Ha sido objeto de libros y pelí­culas.

El misterio se agudizó en la década de 1990 cuando la CIA admitió que se le habí­a pagado para rescatar a los judí­os y que gran parte de los fondos para él vinieron de una partida reservada en poder del entonces presidente Franklin D. Roosevelt.