La universidad británica cuyos correos electrónicos robados causaron en 2009 una controversia global sobre la ciencia del clima global dijo que al parecer quienes cometieron el robo publicaron un segundo paquete de mensajes viejos potencialmente mucho mayor.
Simon Dunford, vocero de la Universidad de Anglia Oriental, señaló que aunque los académicos no han tenido oportunidad de examinar los casi 5 mil correos electrónicos, al parecer difundidos el martes, una muestra pequeña examinada por la universidad «parece ser genuina».
La universidad dijo en un comunicado que parecía que los correos electrónicos no eran resultado de una intrusión nueva. Más bien, el comunicado indica que los correos parecen haber sido robados hace dos años y guardados hasta ahora «para ocasionar una interferencia máxima» a las pláticas sobre cambio climático auspiciadas por la ONU, a realizarse la próxima semana en Durban, Sudáfrica.
Si eso se confirma, el momento y la naturaleza de la filtración seguiría el patrón establecido por los correos electrónicos del llamado «Climagate», los cuales atraparon a científicos prominentes dando evasivas a críticos y discutiendo maneras de impedir que las investigaciones de rivales fueran revisadas por sus pares.
Quienes critican la corriente dominante en la ciencia climática afirman que los correos prueban que la amenaza de calentamiento global estaba siendo promocionada con exageración, y que su publicación ayudó a desestabilizar las fracasadas conversaciones sobre cambio climático organizadas por la ONU en Copenhague, Dinamarca, que ocurrieron varias semanas después.
El Climagate también dio un golpe a la reputación de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de Anglia Oriental, la cual es uno de los principales centros internacionales para el estudio de cómo han variado las temperaturas con el tiempo.
Aunque una serie de reseñas han reivindicado la ciencia aplicada por la unidad, algunas de sus prácticas -en particular sus esfuerzos para ocultar datos de sus antagonistas- han sido fuertemente criticadas. La universidad dice que ahora está mucho más abierta sobre lo que realiza.
Extractos citados en sitios de internet escépticos respecto al cambio climático parecieron mostrar a científicos del clima hablando en tono conspirador sobre maneras de promover su agenda y congelar a quienes no están de acuerdo con ellos.