Vendedores ambulantes situados frente a las entradas del hospital San Juan de Dios, tienen temor de sufrir un desalojo similar al ocurrido a sus compañeros del hospital Roosevelt el pasado 4 de abril, indicaron hoy.
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Afirmaron que el jueves y viernes anteriores, agentes de la Policía Municipal y personal de la comuna se presentaron dos veces sin consecuencia alguna. Otra preocupación representa la posible reubicación pues en la cercanía al centro asistencial no hay un lugar adecuado para instalar las ventas.
Aseguran que cumplen con un pago mensual de Q30 a la comuna por 2 metros cuadrados que utilizan en la vía pública, Q30 por servicio de extracción de basura, y ya empezaron a limpiar el área y liberar banquetas para permitir la libre locomoción de pacientes, preocupación de las autoridades del centro asistencial.
Se hicieron sin éxito esfuerzos por consultar al Director del hospital San Juan de Dios y confirmar si esa administración requiere la limpieza del área, y, también con la Municipalidad, pero su vocera María José Salas, no respondió.
Ambos funcionarios a través de empleados menores únicamente nos remitieron, el primero con los responsables de la comuna en la Municipalidad y en el otro que se debía hablar con el médico Director del San Juan de Dios, para conocer la decisión final de cómo se procederá sobre el tema.
Un fuerte contingente de agentes de la Policía Municipal y las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional Civil, cerraron el paso a vendedores ambulantes que trataron hoy de reposicionar las ventas frente al hospital Roosevelt.
Caminaron con carteles en los cuales expresaron la exigencia de que se respete su derecho al trabajo con la consigna «Un vendedor más, un delincuente menos. No al desalojo». Hubo momentos de tensión e intercambio fuerte de palabras, entre jefes policíacos y los inquilinos.
Asimismo insistieron en la pérdida de más de Q40 mil por el decomiso de mercadería diversa ocurrida hace 10 días y las pérdidas económicas que afrontan por no poder atender a su clientela diaria y la adquirida durante años.
Al final se realizó una reunión de diálogo entre vendedores y autoridades médicas administrativas, pero sólo se llegó a un acuerdo que permitió entrar en un compás de espera de tres días en el afán de encontrar una solución que evite más enfrentamientos, aseguraron las partes afectadas.