“Supertortilla” cambia de nombre y será un plan piloto contra el hambre


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La Supertortilla, uno de los proyectos que trascendió del partido Visión con Valores (ViVa) se pondrá en marcha en modo de prueba, pero con un nombre diferente, pues el inicial solo era para “publicitarlo”.

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POR EDER JUÁREZ
ejuarez@lahora.com.gt

Analistas del sector cooperativista y económico son escépticos sobre el impacto que pueda tener este programa, que pretende repartir harina fortificada para combatir la desnutrición, pero que también se  convirtió en un compromiso de campaña. ¿Es una solución al problema del hambre?

El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), dirigido por Efraín Medina, quien fue candidato vicepresidencial de ViVa en la última elección, licita 105 mil 252 sacos de harina fortificada para ejecutar el proyecto que su partido publicitó en la pasada campaña electoral como Supertortilla y que ahora se llamará, simplemente, harina fortificada.

Medina explica que el plan piloto –a modo de prueba– pretende demostrar los beneficios del consumo de la harina de maíz fortificada para la reducción de la desnutrición infantil en los municipios más pobres del país.

Así como se yodifica la sal o se vitamina el azúcar, en este caso concreto se plantea la fortificación de un derivado del maíz, que es la base nutricional de las comunidades guatemaltecas, y su distribución a las familias de escasos recursos. “Somos hombres de maíz”, justifica el funcionario.

De acuerdo con el concurso de licitación pública MAGA-014-2012 para la adquisición del producto, cada saco de 50 libras del producto debe estar integrado en un 94 por ciento por harina de maíz nixtamalizada no genéticamente modificada y un 6 por ciento harina de soya sin grasa –mínimo con el 50 por ciento de proteína de soya en 100 gramos–, y además debe contar con una premezcla de vitaminas y minerales.

En el plan piloto se plantea la distribución de 3 mil 600 sacos de la harina fortificada en Quiché, 5 mil 200 en San Marcos y 8 mil 742 de Huehuetenango; esto implicaría, según el Ministro, llevar el producto unos 17 mil 542 niños menores de cinco años. (Vea: La Distribución)

El costo específico del producto todavía no está definido, pues aún no hay oferentes en el concurso de licitación. Sin embargo, Medina aclara que tiene establecido un presupuesto de Q18 millones 500 mil quetzales para la compra de harina y un millón 500 mil quetzales para la distribución, evaluación, funcionamiento, logística, monitoreo y toda la parte técnica del proyecto

El titular de la cartera de Agricultura aseguró la distribución de la harina fortificada  iniciará en julio próximo,  pues es una época en la que se registra escasez de alimentos, y que puede afectar hasta octubre.

Medina indica espera evaluar adecuadamente que los niños que estén recibiendo esta alimentación fortificada superen la desnutrición crónica, y puedan desarrollar adecuadamente su condición física con indicadores claros como estatura, peso y sus capacidades intelectuales y cerebrales.

PROMESA DE TARIMA

Si bien será el MAGA el ente encargado de ejecutar el proyecto del harina fortificada, la iniciativa tuvo su origen en el partido ViVa y  las tarimas del candidato presidencial Harold Caballeros –ahora Canciller en el gobierno del Partido Patriota– fueron la caja de resonancia desde donde insistentemente se promocionó como la “Supertortilla”.

“Aunque no lo crean, es posible sacar a un niño de la desnutrición en menos de dos años, con la tortilla fortificada, para darle al país una juventud saludable y levantar esta nación, por eso venimos a pedir su voto”, señaló Caballeros en una tarima de Quiché, según una nota publicada el 16 de agosto del 2011, que aún se encuentra disponible en el portal www.visionconvalores.com.

“Hay que darle una oportunidad al país, confíenos su voto porque nosotros tenemos el equipo y somos gente confiable, con valores, que está dispuesta a trabajar para servir”, agregó el otrora candidato presidencial, que entonces representaba a la coalición de ViVa y Encuentro por Guatemala.

Para entonces, la “Supertortilla” ya no solo era un plan o un proyecto, sino un compromiso de campaña, repetido en decenas de mítines y reuniones con sus seguidores.

Además de Caballeros, como presidenciable, también elaboró un documento para el suplemento LH Política sobre el tema de desnutrición –que fue difundido por La Hora en agosto de 2011– en el cual indicó que, entre otras medidas contra desnutrición, proponía “impulsar la Supertortilla”.

“Este producto es a la vista y en sabor, igual al que todos conocemos y consumimos en todo el país, solo que la masa para su elaboración esta enriquecida con agregados de soya, aminoácidos, vitaminas y minerales. Su consumo regular garantiza el rescate de una persona desnutrida en 2 años”, señaló.

“Nuestros estudios revelan que en el oriente del país existe menor resistencia cultural a usar harina prefabricada de maíz, para hacer las tortillas, por lo que en esa región se distribuiría el producto en los paquetes con el cernido listo. Mientras, en occidente, donde la costumbre de llevar el maíz al molino es arraigada, la idea es agregar la fórmula para la Supertortilla al grano que se pasa por el triturador de nixtamal”, indica el documento.

Por el momento, el proyecto se reducirá a tres departamentos de la región occidental; oriente deberá esperar.

¿SERÁ AFECTIVO?

Nutricionistas consultados por este medio, solicitaron más información y la espera de la publicación, para poder hacer un análisis concreto de los beneficios de la “Supertortilla”.

Los expertos recordaron que no debemos perder de vista que la desnutrición va de la mano de la pobreza y de la falta de educación y que deberá analizarse si un niño pequeño, de corta edad y con capacidad gástrica baja, puede tolerar la cantidad de tortilla que se necesitaría para mantener su alimentación ideal.

Elmer Velásquez, de la Coordinadora de ONG y Cooperativas de Guatemala  (Congcoop), señala que el programa debería concentrarse en elevar la productividad de las áreas pobres y a la vez, facilitar la adquisición de alimentos urgentes, lo que implicaría la promoción de huertos familiares y la actividad pecuaria a pequeña escala.

“Esto sí sería un programa sostenible, más que donarle medio quintal de harina a una familia; el dinero invertido estaría mejor utilizado en dinamizar la producción, y esto además generaría empleo”, opina.

Además, indica que hasta ahora no está claro de dónde provendrá el grano de maíz para elaborar el producto final que licita el Ministerio de Agricultura, pero sí hay suspicacias en torno al proceso de adquisición del producto.

“Una primera idea de ellos (MAGA) era que se iba a comprar del pequeñísimo productor, sin embargo la cosecha no ha salido y el programa no tarda en arrancar. Entonces, otra vez nos parece que puede tratarse de beneficiar a un tipo de productor que no es al que se supone estaba dirigido el programa”, advierte.

Velásquez señala que el Ministerio no va a comprar la harina a los pequeños productores, lo que a su criterio significa que el mayor beneficiado será la gran empresa o las transnacionales, lo cual deteriora la producción nacional y el comercio interno.

Refiere que un pequeño o mediano productor difícilmente podría cumplir con los estrictos requerimientos establecidos por el MAGA para la oferta de la harina fortificada, lo cual genera suspicacias.

Por ejemplo, según consta en el portal Guatecompras, una persona interesada en proveer el producto señaló que en el mercado de harina de soya sin grasa es muy difícil conseguir un mínimo de 50 por ciento de proteína –como se exige actualmente–, pero en cambio sí es fácil en un 47 por ciento, e indicó que aún en el segundo término podría garantizar que el producto final cumpliría con la calidad requerida. Simplemente se le respondió que debía basarse en los porcentajes establecidos en las especificaciones técnicas.

El oferente se quedaría fuera del concurso por esta especificación.

Por su lado, José Carlos Sanabria de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), advierte que el impacto y la efectividad del programa dependerá de los esfuerzos complementarios que realice Gobierno.

“Es decir que hay que estar conscientes que el problema de la desnutrición es un problema complejo y que no se solucionara solo con un programa como este”, indicó el experto.

Sobre esto, indicó que además de la Supertortilla debe haber otros elementos presentes, como la generación de empleo y el desarrollo, que permitan a las personas subsistir y además, salir de la pobreza. “Si este programa va de la mano o se complementa con otras (iniciativas) que fortalezcan las capacidades de las familias, probablemente contribuya a la reducción de la desnutrición”.

“Solo este programa no solucionará el problema”, puntualizó.

“Una primera idea de ellos (MAGA) era que se iba a comprar del pequeñísimo productor, sin embargo la cosecha no ha salido y el programa no tarda en arrancar. Entonces, otra vez nos parece que puede tratarse de beneficiar a un tipo de productor que no es al que se supone estaba dirigido el programa”.
Elmer Velásquez
Coordinadora de ONG y Cooperativas de Guatemala