“Todo lo bueno cuesta… Ahora tengo la idea que esta complicación puede convertirse en la experiencia de satisfacción en mi vida, que una vez superada pueda contar más adelante como un tropiezo superado y no como la situación que me hizo morir sin luchar.”

En esta ocasión escribo queriendo ser positivo después de dos semanas complicadas sentimentalmente, mi caso es individual pero me hace ahondar en las generalidades necesarias para superar problemas que por muy pequeños que sean, se convierten en carga para el desarrollo y desempeño de nuestras labores diarias.

En mi caso como en el de muchos otros, cuando tenemos alguna complicación, cometemos el error de encerrarnos en una sola solución, y por tratar de resolver únicamente complicamos más las situaciones, sin ver más allá de lo que en verdad debemos ver. Hace dos días tuve la buena experiencia de tomar un café con mi amigo Arnulfo Guzmán y platicar de una forma muy amplia, en esta plática logre ampliar mi campo de visión en cuanto a los problemas y definitivamente mantener la calma, y la actitud positiva es algo de lo más inteligente que podemos hacer, luego saber que todo problema tiene solución aunque no sea la que nosotros esperamos, es decir que los problemas o adversidades no son para siempre, siempre he creído y he mencionado que todo lo bueno cuesta, y creyendo en mí, mis capacidades y mi sinceridad, ahora tengo la idea que esta complicación puede convertirse en la experiencia de satisfacción en mi vida, que una vez superada pueda contar más adelante como un tropiezo superado y no como la situación que me hizo morir sin luchar.

Después de oír palabras como: “no vale la pena”, “de plano no conviene”, “déjalo así”, “no merece tanto interés”, “quédate con lo bueno que dejó” y muchas palabras más, mantengo firme la creencia y decisión de luchar, hacer y dejar de hacer todo lo necesario para lograr mis sueños y cumplir mis metas, ya que opino que, más complejo que el propio problema es quedarse con el aquel tormentoso: no se hizo todo por solucionarlo. Pero ojo, la mente, el corazón, las fuerzas físicas y las buenas intenciones dicen hasta dónde se debe luchar, caer en necedad es desgastante y entorpece nuestro ideal.

“Es de sabios contar hasta diez”, tomar las cosas con serenidad e incluso no tomar el problema tan a pecho es muchas veces un gran facilitador para encontrar solución a la complejidad que se esté viviendo, por mi parte, basado en experiencia propia, recomiendo que en cada uno de nuestros inconvenientes, no olvidemos, tener fe (sea cual sea la creencia) en una fuerza superior y en nosotros mismos, mantener la calma, saber pensar, analizar a quién recurrimos para un consejo y conocer nuestras limitantes.

Este espacio lo despido en esta ocasión con la frase de SRI CHINMOY “¿Quieres ser feliz? Entonces no sobrestimes el poder de tu mente, ni subestimes la luz de tu corazón.”