El presidente electo Barack Obama se reúne hoy con líderes del Congreso estadounidense para discutir el multimillonario plan de rescate de la economía que los demócratas esperan aprobar poco después de la toma de funciones del nuevo mandatario.
La reunión será la primera de Obama con legisladores del Capitolio desde su histórica victoria del 4 de noviembre, y su primera actividad de alto perfil en Washington tras mudarse a la capital desde su hogar en Chicago el domingo.
Obama se entrevistará con los líderes de ambas cámaras del Congreso, incluyendo el líder demócrata del Senado, Harry Reid, y la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
La cadena de televisión ABC News dijo que los líderes republicanos de la Cámara de Representantes, John Boehner, y del Senado, Mitch McConnell, también dialogarían con Obama, aunque sus asesores no confirmaron un horario.
Las conversaciones se centrarán en el plan de recuperación para la decaída economía estadounidense, el cual será prioritario en la nueva administración.
El equipo económico de Obama ha estado trabajando en el futuro paquete desde hace varias semanas, e incluso las negociaciones estaban casi listas antes de Navidad, según declaró el vicepresidente electo Joe Biden en una reciente entrevista.
De acuerdo con versiones de prensa, el proyecto que se presentará a los legisladores podría superar los 850.000 millones de dólares, en tanto algunos analistas sostienen que el paquete podría alcanzar el billón de dólares.
Para revivir la mayor economía del mundo, el futuro equipo económico de la Casa Blanca espera crear tres millones de puestos de trabajo, 80% de ellos en el sector privado.
El plan de estímulo apunta a favorecer proyectos de infraestructura a largo plazo y de creación de empleos, más que a las tácticas destinadas a impulsar el consumo, según Lawrence Summers, asesor de Obama y señalado como director del nuevo Consejo Económico Nacional.
«Cualquier estrategia económica sólida en el actual contexto debe estar dirigida a la creación de empleos que necesitan los estadounidenses y a realizar el trabajo que requiere nuestra economía», dijo Summers en una editorial publicada en el Washington Post.
El Wall Street Journal informó este lunes que Obama planea incluir en su paquete de estímulo un alivio impositivo de 300.000 millones de dólares.
Obama espera que esa reducción de impuestos para quienes ganan hasta 200.000 dólares al año –y que también incluye un crédito impositivo de un año de duración para las empresas que contraten o recontraten personal, por un costo de 40 a 50.000 millones de dólares– ayudará a «crear o salvar» tres millones de puestos laborales de aquí a 2011.
El portavoz de Obama, Robert Gibbs, dijo que las reuniones de este lunes están concebidas para obtener un legítimo aporte bipartidista y para transmitir un sentido de urgencia sobre el estado de la economía.
«Hemos visto las estadísticas, hemos visto las ventas de Navidad, la confianza del consumidor y desde luego las cifras del empleo, todo lo cual señala que la situación de por sí muy seria no ha hecho más que empeorar y que no es probable que mejore pronto», dijo Gibbs a la prensa.
El portavoz señaló sin embargo que es «muy poco probable» que el paquete de estímulo esté listo para el 20 de enero, cuando Obama entre en funciones.
El presidente electo estadounidense, Barack Obama, que se instaló ayer en Washington con su familia, enfrenta la primera baja en su futuro gabinete ministerial, luego de que el secretario de Comercio designado renunciara.
El hispano Bill Richardson, gobernador de Nuevo México, anunció que renunciaba a ocupar el cargo de secretario de Comercio debido a una investigación a una empresa que tiene negocios con ese estado.
La renuncia de Richardson coincidió con la llegada de Obama a Washington, a pocos días de asumir la presidencia el 20 de enero.
El avión del presidente electo aterrizó en la Base de la Fuerza Aérea Andrews cerca de las 19H00 (00H00 GMT), y luego irá al histórico hotel Hay-Adams en el centro de Washington, donde residirá hasta asumir el mandato.
Michelle Obama llegó el sábado con las hijas del matrimonio, Sasha y Malia, quienes iniciarán el lunes sus cursos en la escuela Sidwell Friends, donde estudió Chelsea, la hija del ex presidente demócrata Bill Clinton.
Tras recibir elogios por un proceso de transición sin complicaciones, ahora Obama debe encontrar rápidamente un reemplazo para Richardson además de trabajar en un multimillonario plan de rescate económico que los demócratas del Congreso esperan aprobar a principios de febrero.
El paquete, que supondría una inversión de hasta 1 billón de dólares, es necesario para prevenir un «revés económico más profundo», cuando Estados Unidos ya se encuentra en recesión, dijo Obama en su programa radial.
El departamento de Comercio no está al frente de la política económica de Obama, pero Richardson es un peso pesado que inicialmente fue considerado para dirigir el departamento de Estado.
«Es una muestra de su disposición para poner al país primero el que haya pedido ser removido del puesto en el gabinete y así evitar cualquier demora en su posesión del importante cargo económico en este momento crítico», agregó Obama.
Una corte federal investiga cómo la empresa CDR Financial Products ganó lucrativos contratos de asesoría para las autoridades de Nuevo México hace cuatro años, luego de donarle dinero a Richardson.
Obama acudirá al Capitolio a partir del lunes para intentar finalizar con los dirigentes parlamentarios su plan de rescate, que según dijo el domingo el líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Steni Hoyer, estaría «en el entorno» de 775 mil millones a 1 billón de dólares.
Según Hoyer, el plan de rescate de la economía estadounidense debería ser adoptado «a principios de febrero», es decir poco después del arribo del nuevo presidente a la Casa Blanca el 20 de enero.
«Queremos ver la aprobación de este paquete en la Cámara de Representantes no más allá de fin de mes, llevarlo al Senado y llevarlo al presidente antes del receso» por vacaciones «a principios de febrero», informó el legislador demócrata al programa televisivo Fox News Sunday.
Respecto al millonario paquete de estímulos, Hoyer dijo el domingo que «obviamente, (el monto) debe ser considerable».
«Cada economista, de la derecha a la izquierda, republicano o demócrata, aconseja que debe ser un paquete muy importante si, de hecho, queremos lograr el objetivo que desde luego es estabilizar la economía y tratar de comenzar a recuperarla», agregó.
Por su parte, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, reclamó participar en la elaboración del gigantesco plan de rescate y advirtió contra la precipitación a la hora de adoptarlo.
«Queremos asegurarnos de que no se trata tan solo de una ley de gastos de 1 billón de dólares, sino de que este plan pueda lograr su objetivo», indicó a la cadena de televisión ABC. «Queremos formar parte de este proceso», añadió.
«Creo que si el procedimiento utilizado en el Senado es equitativo y da a ambas partes la posibilidad de participar, él (Barack Obama) podría obtener un apoyo significativo» de los republicanos, indicó McConnell.