«Sunpie & The Louisiana Sunspots»


Bruce Barnes y sus amigos músicos se presentaron en una función gratuita, gracias a la Embajada de los Estados Unidos de América, la noche del sábado 21 de marzo en el Teatro Dick Smith de la Ciudad de Guatemala, para cerrar con energí­a solar el Festival Internacional de Jazz 2009, organizado por el Instituto Guatemalteco Americano. Con un sólido ritmo africano, heredado de sus ancestros, este excelente grupo de Nueva Orleáns creó desde el inicio del concierto, una atmósfera energética, alborotada y jubilosa, pero en la que sentimos a la vez como una constante, la presencia de una melancolí­a que revoloteaba en el ambiente. Por ejemplo cuando Barnes narró en «La canción del tomate» la escena de un vendedor de tomates de Louisiana, manifestó al momento en su forma de cantar, pesadumbre y sufrimiento, tristeza o desconsuelo. «Sunpie» ha sido catedrático de Biologí­a marina y trabaja como Guardabosques en el Servicio de Parques Nacionales. Es el Segundo Jefe de la tribu «North Side Skull y Bone Gang», la cual es una de las más antiguas que participan en el carnaval de Nueva Orleáns. Pero para él lo primero en su vida es la música, y poder tocarla para otras personas lo hace realmente feliz.

Grecia Aguilera

Barnes encuentra la música más allá de su mente, la forja en lo más recóndito de su ser, la gesta por medio de sus visiones y espejismos, que le trasmuta la naturaleza a través de la profundidad de sus sueños, tal y como se lo anunciara alguna vez, su abuela Louvina Norris. «Sunpie» se entregó al público presente cuando tocó la armónica; el conocedor auditorio guatemalteco lo comprendió muy bien: aplaudió y se encantó, especialmente cuando Barnes se alejó del micrófono tocando el instrumento, y también cuando realizó una conversación con la armónica, donde cantaba y tocaba casi al mismo tiempo; fue muy emocionante, cautivador y sobre todo emotivo, al recordar en la historia de la humanidad la diáspora africana. El trí­o «Sunpie & The Louisiana Sunspots» está conformado por Bruce Barnes en el acordeón, piano y armónica; Leroy Etienne en la baterí­a y Michael Harris en el bajo eléctrico. Poseen un entendimiento perfecto, resultado de muchos años de tocar juntos. Cada uno es parte musical del otro. Para Bruce «Sunpie» Barnes, el blues es el centro de toda su música. El acordeón que utilizó en esta oportunidad es un magní­fico instrumento, construido especialmente para él, por la firma de acordeones «Petosa», con bellí­simas incrustaciones muy brillantes y con su nombre «Sunpie» también incrustado. Lo ejecuta con gran habilidad y energí­a. Improvisa holgadamente, sin preocupación alguna, porque las invenciones que realiza en cada melodí­a salen directamente de su alma, de su voluntad, de su destino y de sus vivencias.

La baterí­a seca e indómita de Leroy Etienne reverbera en el borde del espí­ritu, como un tornado impetuoso, fuerte y apasionado. Michael Harris genera en su bajo eléctrico un manantial de sonidos, los cuales logran adormilar en el instante la congoja o la angustia. En definitiva, «las manchas solares» junto a Bruce Barnes son energí­a concebida, propulsión e intensidad. En otra faceta, es importante mencionar la confraternidad de las amigas y amigos de la República Federal de Alemania, entre ellos el doctor Bodo Schaff, quienes apoyaron el concierto de Estados Unidos con su honorable presencia, lo que me hace recordar el mensaje que otorgó a mi espacio radial «Tribuna del Jazz» el doctor Doudou Dií¨ne, cuando visitó Guatemala en el mes de julio de 2004 como «Relator Especial de las Naciones Unidas contra el racismo, la discriminación y la intolerancia», en el que menciona la siguiente sentencia: «La música no tiene fronteras ni la solidaridad humana».