Lejos han quedado las aplanadoras del pasado, que lograban aprobar, sin oposición alguna, cuanta ley era requerida por el Organismo Ejecutivo. Presupuesto, préstamos, impuestos, leyes, etc., cuanto hiciera falta. Por supuesto, entre este enorme poder se pasaban leyes que, lejos de beneficiar a la población, simplemente beneficiaban al oficialismo, por lo que muchos veían el ejercicio de las aplanadoras como una de las prácticas más dañinas para el país.
gherrera@lahora.com.gt
Desde hace algunos años para acá, el oficialismo debe negociar para lograr el impulso de algunas leyes, lo cual tampoco ha sido un buen ejercicio, ya que ha habido estancamiento de la agenda legislativa, sin que haya fuerza humana capaz de hacer pasar muchas leyes urgentes para el país. El transfuguismo, el poco liderazgo de los jefes de bancada y los movimientos preelectorales, son sólo algunos de los fenómenos que explican la actual falta de poder de los bloques legislativos, que constantemente ven desconfigurado su rostro.
PRECEDENTES
La Gran Alianza Nacional (Gana) logró mantener el control del Congreso en 2005 y 2006, justo cuando era la oficialista, por lo que Jorge Méndez Herbruger, entonces presidente del Organismo Legislativo, supo impulsar la agenda. En el primer año de Gobierno de la Gana, cedieron la presidencia a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y en el último año de Oscar Berger como mandatario, no pudieron hacerse de la presidencia en el Hemiciclo, cediéndola al Partido de Avanzada Nacional (PAN).
Méndez Herbruger coordinó el trabajo en el Congreso y, a pesar de no ser una aplanadora, se lograron alianzas estratégicas para poder sobrellevar la agenda.
Tras las elecciones, la UNE no ha podido dar celeridad a la agenda, e incluso, las propuestas fiscales no han logrado trascender. Un primer mal ejercicio legislativo se sufrió durante el primer año de gobierno de ílvaro Colom, en el escándalo legislativo que obligó a Eduardo Meyer, quien llegó por el oficialismo, a renunciar a la presidencia del Congreso, dejándola a manos de Arístides Crespo, por entonces diputado del Frente Republicano Guatemalteco (FRG).
Desde el período anterior, la Gana ha mantenido a su bancada en una aparente cohesión, pese a que sufrió de un cisma, del cual parece haberse recuperado.
A pesar de haber quedado en el tercer lugar en las Presidenciales, la Gana logró superar en las elecciones de 2007 al Partido Patriota en el número de escaños alcanzados. Los ex oficialistas alcanzaron 37 diputaciones, ocho más que los patriotas; buena parte de su éxito electoral se debe a mejores bases locales.
Las Legislativas favorecieron siempre a la UNE, que alcanzó 51 representantes; en tercer lugar, el Patriota, con 29 legisladores. De esa forma llegaron tras las Elecciones Generales, aunque pronto se empezó a desconfigurar el rostro del Hemiciclo.
CONGRESO ACTUAL
Once instituciones políticas integraron al inicio el Congreso de la República de 158 diputados, y siguieron en importancia representativa el FRG con catorce diputados electos, y el Partido Unionista con siete parlamentarios.
Mientras los 57 restantes diputados los integraron seis partidos políticos minoritarios, Unión del Cambio Nacionalista, Centro de Acción Social, Encuentro por Guatemala, partido de Avanzada Nacional, URNG y UD.
A febrero de 2010, trece son los bloques (dos más que en las elecciones), algunos como partidos políticos, otros utilizando nombres únicamente para identificarse, mientras tienen la esperanza que el tiempo no apremie y se constituyan legalmente ante el Tribunal Supremo Electoral.
Nombres, como la Bancada Guatemala, desparecerá según han confirmado sus líderes. El grupo partirá a distintos grupos políticos para terminar 2011 y perfilarse a la reelección.
La UCN también desparecería, según el diputado Leonel Soto Arango, ya que no irían a una nueva contienda con ese nombre, pues consideran que Mario Estrada, sin el consentimiento de la mayoría de la bases, lo mal utilizó, por lo que buscarían una nueva institución en la cual ofrecer su apoyo.
Aníbal García, quien formó un grupo con ocho diputados independientes, tiene fincada la esperanza en que le dé tiempo a formalizar su agrupación política, con el nombre de Movimiento Nueva República (MNR).
La bancada UNE se ha desgranado, sus líderes parlamentarios han dicho que se verá fortalecida sin que se vea el resultado.
El FRG ha quedado casi vacío, sólo mantiene diez diputados y CASA apenas tres, aunque en la elección de 2007 llegó con cinco representantes.
¿PESO O CONTRAPESO?
Pero no hace falta ser grande o pequeño, ni subestimar al enemigo para sufrir dolores de cabeza con el transfuguismo, práctica común que le ha causado bajas a todos los partidos y que ha sido freno para arribar a consensos, obtener o perder presidencias de comisiones de trabajo.
El primer partido en sufrir las consecuencias por diferencias entre sus diputados fue la UNE el primer año de legislatura.
Manuel Baldizón Méndez fue ubicado tácticamente como presidente de la Comisión de Finanzas y Moneda en 2008, lo que empezó causando roces no sólo entre sus colegas de bancada.
Fue señalado de distribuir a su antojo el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio 2009, cifras que todavía le están causando dolores de cabeza al Gobierno por la falta de financiamiento.
Otro señalamiento fue haber beneficiado a organizaciones no gubernamentales, entre ellas una de carácter familiar, trastornando así el malestar político de muchos y que entre otras cosas supuestamente le costó amenazas de muerte que lo llevaron fuera del país durante tres meses -diciembre de 2008 a marzo 2009-.
Esos elementos y otros llevaron al diputado Baldizón Méndez junto a su hermano Salvador Francisco para generar una desbandada, y convencer a algunos de sus colegas para formar un nuevo bloque y fragmentar al bloque oficial.
Así, dieron el primer ejemplo, formaron con 17 diputados oficialistas la Bancada Libertad Democrática Renovada (Lider).
Y ha seguido sumando trayendo consigo diputados de la Gana y hasta del Partido Patriota para engrosar una bancada que proyecta dar batalla electoral en las próximas elecciones teniendo ya desde diciembre calendarios y otros materiales con la inscripción presidencial 2012-2016
Pero no han sido los únicos. Le siguieron el ejemplo todos los 17 ex funcionarios del gobierno Berger, quienes en una evidente división rompieron el número del bloque Gana e integraron Bancada Guatemala, dirigida por Efraín Oliva, ex secretario de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia.
También comandados por Rubén Mejía, ex vocero del Ministerio de Infraestructura Comunicaciones y Vivienda (Micivi), además de Rosa María de Frade, ex secretaria de Comunicación Social de la Presidencia.
Posteriormente, fueron los diputados eferregistas Baudilio Hichos y Leonel Soto Arango, junto a otros dos diputados quienes se desligaron y decidieron formar filas como bloque en la Unidad del Cambio Nacionalista.
Supuestamente, ese rompimiento fue muestra de una franca rebeldía alteración de la disciplina tradicional de partido que les inculcó su líder Efraín Ríos Montt, dejando así al FRG débil.
El Partido Patriota no es la excepción; ha sufrido tantas bajas como subidas en su número de diputados. Lo más reciente positivo para ese partido es la llegada de Arístides Crespo y dos colegas más que también dejaron al General militar para sumarse a otro General militar.
Encuentro por Guatemala (EG), ideológicamente de centro izquierda, también perdió desde el principio. Por diferencias de criterio y al parecer transformación radical de ideología y negociaciones distintas a las que los llevó a estar unidos fue la razón del rompimiento.
Armando Sánchez, Aníbal García y Otilia Lux de Cotí, dejaron sola a Nineth Montenegro y continúan los tres como diputados independientes. Mientras Montenegro transita sola con el emblema «EG» al que se le dificulta tener fuerza en la parte política para la próxima elección general.
Para este año, se prevén varios movimientos entre bancadas, ya que, por ser un año preelectoral, los diputados estarán buscando un buen escaparate para su reelección, mientras que los partidos necesitan de votos para agilizar sus leyes, entrampar la agenda o bien negociar con otros bloques por sus votos.
Sin embargo, la mayoría de estos movimientos ya se hicieron en este año, previo a la asignación de las Comisiones de Trabajo, en donde se reparten el botín de protagonismos, según los temas más visibles para la sociedad guatemalteca.
Tras estos movimientos, el Congreso se configura actualmente de la siguiente forma:
UNE: 32 diputados, sólo incluyen como nuevo a Marvin Orellana que ha saltado de partido en partido.
Gana: 27 diputados, cobija en sus filas a diputados ex Patriotas, de UNE y del FRG. Usualmente apoyan en alianza legislativa al oficialismo.
Lider: 27 legisladores, se convierten en la bancada más numerosa con oposición abierta.
Partido Patriota: 25 diputados, ganó la simpatía de miembros ex FRG. Perdió votos para ser la principal oposición, aunque este año ha sumado curules.
FRG: 10 parlamentarios. En las últimas semanas ha tenido varias pérdidas de gente que había sido fiel al partido.
El grupo independiente suma siete diputados, que recoge a ex patriotas, Encuentro por Guatemala, UNE, PAN y de Gana.
Unionistas: seis diputados. Es la única bancada que no ha modificado su configuración, al mantener a los representantes que fueron electos y ninguno se les ha unido.
Casa: tres legisladores; perdieron dos desde las elecciones.
UCN: cuatro; también perdieron representantividad y se prevé que desaparezca su bancada en el Congreso.
URNG: dos diputados. Tampoco ha permitido transfuguismos, ni a favor ni en contra.
Baja representación: Unión Democrática, PAN, Encuentro por Guatemala, cuentan un diputado cada organización.
Como pocas veces ha ocurrido, en noviembre de 2007, durante las elecciones generales en el país, la Gran Alianza Nacional (Gana), que estaba por terminar cuatro años de gobierno, en el Organismo Legislativo ganaba otra vez suficientes espacios en el Congreso. La Gana, en el parlamento, fue una bancada representativa durante cuatro años de 2004 a 2008, que utilizando como símbolo la pirámide del Gran Jaguar, significó en su camino legislativo fuerza y altura entre sus diputados, que sirvieron de refuerzo clave al Organismo Ejecutivo.
Jorge Méndez Herbruger dirigió tres años el Congreso gracias a esa fuerza y unión de sus diputados, pero también la confianza del resto de bancadas que depositaron la fe en esa dirección por la capacidad de negociación y disciplina a tiempo.
No sucedió así con el triunfo de la Unidad Nacional de la Esperanza, que apenas seis meses al frente del parlamento y el diputado oficial, Eduardo Meyer Maldonado saltaba a la fama negativa tras el escándalo de un movimiento irregular de Q82.8 millones a una casa de bolsa sin respaldo en el sistema financiero del país.
Sacando provecho de aquel dicho popular que la unión hace la fuerza, en el período anterior, la Gana logró los suficientes consensos que lo llevaron a desarrollar casi todo lo necesario en materia legislativa, a favor del gobierno Berger para que ejecutara sin problemas.