La salud mental de todos los guatemaltecos cada dí­a se ve más afectada y empeora, esto a consecuencia de lo difí­cil que es vivir en esta sociedad.

El estrés provocado por la violencia y la inseguridad que se vive en el paí­s, la crisis económica que atraviesan muchos guatemaltecos, problemas de adicción a drogas o alcohol, son sólo algunos de los factores que han causado el «suicidio» de muchos ciudadanos, situación que demuestra el poco interés por la vida y una salud mental deplorable.

De acuerdo con Marco Antonio Garavito, representante de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, el Estado deberí­a de hacer un esfuerzo por implementar un servicio de atención psicológica ví­a teléfono, «poner a disposición de los ciudadanos un número telefónico para momentos en crisis».

Esto porque, según el entrevistado, cuando uno está en una situación de crisis y piensa suicidarse, busca alternativas de con quién hablar y desahogarse, y al no encontrar con quién toman decisiones extremas.

Además comentó que siempre las personas que están dispuestas a suicidarse tienen un momento de arrepentimiento y está demostrado clí­nicamente que siempre tienden a arrepentirse, afirmó el entrevistado.

«Necesitamos poner atención en crisis», aseveró Garavito, al referirse a que el sistema de salud no lo tiene y que siguen pensando en sanidad de la mente con el Hospital Nacional de Salud Mental, pero que este es infuncional para esta situación, ya que es para casos sicóticos o algo por el estilo.

El suicidio es una situación a la que se llega cuando la persona se convence de que la vida ya no tiene ningún sentido y se da a causa de diversas situaciones, tales como la adicción a algún vicio, problemas amorosos, problemas económicos, la situación de inseguridad y violencia que se vive en el paí­s y la desesperación que puede causar en una persona el vivir varios de estos factores.

De acuerdo con José Rodrí­guez, vocero de Bomberos Municipales, en la mayorí­a de suicidios evitados, las personas manifiestan que ya no quieren vivir por situaciones puramente económicas y en menos porcentajes por situaciones sentimentales.

Además agregó que durante el año han reportado por lo menos 20 suicidios y rescatado a 14 personas que han estado a punto de quitarse la vida.

Rodrí­guez detalló que a las personas rescatadas se les brinda atención psicológica y se les lleva a una estación bomberil para su recuperación.

Además resaltó que en esta temporada de fin de año es cuando muchas personas entran en más crisis por no tener dinero para las fiestas y para solventar diferentes situaciones.

Por su parte Mario Cruz, de Bomberos Voluntarios, expresó que ellos al mes rescatan con vida a por lo menos 15 personas que intentan suicidarse y que lamentablemente 6 personas se quitan la vida mensualmente.

Expresó que en este año han notado un leve aumento en las emergencias de este tipo, pero que pese a esto muchas son falsas alarmas y varias personas son rescatadas y puestas en tratamiento psicológico.

De acuerdo con Rodrí­guez, el número de suicidios es muy parecido al de otros años y no hay un aumento considerable.

«El primer elemento para superar una adversidad es resistirla», expresó Garavito al resaltar la importancia de buscar apoyo en los momentos más difí­ciles.

Entre los factores que pueden orillar a una persona a quitarse la vida, Garavito puso especial énfasis en la frustración, «esta es una sociedad que tiene 40 mil factores frustrantes», explicó.

Falta de trabajo, crisis económica y problemas amorosos son las principales frustraciones de los guatemaltecos, de acuerdo con Garavito, quien comentó que en un estudio realizado por la Liga, quedó demostrado que el 24% de la población ha tenido más de algún pensamiento suicida.

«Hay que trabajar en el sistema y en el Estado para mejorar la salud mental de todos los integrantes de esta sociedad», recalcó.

Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo, expresó que casos a los cuales dicha organización ha ayudado y dado seguimiento, demuestran que la falta de empleo y el factor económico es el principal causante de esta situación.

Manifestó que la condición de extrema violencia e inseguridad crea estrés en las personas y en su desesperación buscan cómo terminar con todo.

Pero no sólo el ciudadano común y corriente tiene una mala salud mental, según Garavito, los diputados y los altos polí­ticos son también ví­ctimas de desorden mental, el cual los afecta a ellos y también tiene impactos negativos en la población.

«Cómo pedirle a la gente que no sea violenta si se agarran a trompadas adentro del Congreso, cómo pedirle a la gente honestidad si se roban Q82 millones», afirmó el entrevistado.