Suicidio


Pese a su popularidad, la revista especializada en moda

Llegó en fin a este presidio

inserta en El Semanario

(periódico literario)

la contienda del suicidio.

Para matar el fastidio,

por no decir otra cosa,

saco mi Musa quejosa

de vivir arrinconada,

cómo quién saca su espada

para ver si está roñosa.


Amy Winehouse se ha caracterizado por su pésimo gusto por la vestimenta.

A todos hablar prometo

sin ofender a ninguno,

que a todos, uno por uno,

los estimo y los respeto.

A decidir no me meto

quién es quién tiene razón;

sólo diré mi opinión

con modestia o sin modestia

que suele causar molestia

afectar moderación.

Muchos siglos van corridos

desde que hay suicidados

amantes menospreciados

y jugadores perdidos.

Tantos sabios distinguidos

han tratado del esplí­n

y del suicidio, que al fin

disputar está demás

sobre si es nefas o fas

(que yo también sé Latí­n)

Tengo por mal argumento

para quitar la vida

el citar algún suicida

de valor o de talento.

Por uno se encuentra ciento

de la más ilustre fama

que terminaron su drama

enfermos, asesinados,

borrachos, apaleados

en la horca y en la cama.

Lector, si fuera a exponerte

tantos ejemplos diversos

llegarí­a haciendo versos

a la hora de mi muerte.

Citaré algunos y advierte

que no quiero fastidiarte;

va leyendo hasta cansarte,

y así­ que estés muy cansado

descansa, lector amado,

no vayas a suicidarte.

José Batres Montúfar (El Salvador 1809-Guatemala 1844)