Sugerencias a los equipos de gobierno en materia educativa


Raúl Hernández Chacón

Hoy está de moda ofrecer mucho a cambio del voto. Si fueran ciertas todas las ofertas Guatemala podrí­a iniciar un camino más firme y sólido en la concreción de una vida digna para todas y todos. Ello sólo es posible si se cambian gradualmente las estructuras de injusticia, exclusión y marginación en las que sobrevive la mayorí­a de los guatemaltecos. No se observan desde esa perspectiva cambios sustantivos. Al menos que se ofreciera respetar la Constitución Polí­tica y los Acuerdos de Paz firmados en 1996. Sin embargo, el pueblo vive la esperanza y la ilusión de un mañana mejor. Desde esa posibilidad, la educación deberí­a ser la prioridad número uno. Asignar a Educación un presupuesto que favorezca más y mejores condiciones para facilitar el acceso a la educación gratuita a todas y todos, sin ninguna discriminación y de calidad, es decir, desde la realidad bilingí¼e intercultural. Por supuesto que el presupuesto estarí­a debidamente fiscalizado con auditorias sociales, desde la comisión consultiva para la reforma educativa. Luego la instalación inmediata del Consejo Nacional de Educación para iniciar un proceso de educación participativa. Evaluar las acciones educativas de la actual administración para determinar, desde y con la sociedad civil, las nuevas polí­ticas educativas encaminadas a facilitar educación para todos de acuerdo con los compromisos adquiridos en Dakar.

Los equipos de trabajo deberán entregar los informes y las acciones a seguir según las responsabilidades del despacho y de las direcciones departamentales de acuerdo con las necesidades propias a nivel micro, meso y macro, de acuerdo con la propuesta del nuevo currí­culo aprobado por la COMISIí“N CONSULTIVA PARA LA REFORMA EDUCATIVA, espacio derivado de los acuerdos de paz, con representatividad de 26 sectores de la sociedad civil.

Una de las acciones inmediatas a seguir deberá ser la atención a la educación extraescolar. En este campo se deberá elaborar un diagnóstico, y formular un plan de acción que facilite el acceso a los miles de guatemaltecos que necesitan capacitación para la productividad sin descuidar el aspecto humanista. No se trata sólo de capacitar, se trata de formar personas, identificadas con su paí­s y con capacidad para producir.

Los consejos de educación, municipales y departamentales, deberán ser objeto de apoyo y promoción desde las direcciones departamentales. Aquí­ es donde se establece la verdadera participación, la emponderación de la educación desde la base. Este proceso significará la verdadera democratización de la educación.

Todos los procesos burocráticos del engranaje administrativo deberán simplificarse para atender convenientemente las necesidades de la población.

Es importante atender lo relacionado con la educación privada. Así­ como hay colegios que son verdaderas empresas lucrativas, hay establecimientos educativos de proyección social que no pueden ser tratados de la misma manera. Deberá facilitarse su participación. La educación privada ofrece un servicio invaluable, pero debe ser regulado y atendido.

Priorizar la formación y dignificación magisterial es una prioridad indispensable. Sin profesores no hay educación. Ellas y ellos son los agentes principales del hecho educativo, formal y no formal. Atender, preparar y dignificar la carrera magisterial es fundamental en un modelo educativo nacional. Ello significa responder a sus demandas justas, acompañadas de una supervisión moderna, efectiva y dotada de los insumos necesarios. Es lamentable el descuido actual de estas dependencias del Ministerio de Educación que constituyen la columna vertebral del sistema educativo.

La opción por una supervisión altamente profesional constituye la respuesta a los grandes vací­os actuales. Deberá realizarse una evaluación objetiva del programa Pronade, que hoy se manifiesta como un sistema paralelo de educación y que presenta serias debilidades. Parece que las ISES son financiadas con millones que pueden ser reorientados. Serí­a interesante preguntarse porqué el Mineduc no puede asesorar y capacitar a las Coeducas. Este es un tema que debe ser revisado, evaluado y modificado. No puede ser posible que en pleno Siglo XXI, 15 mil maestros no tengan acceso a la seguridad social. Es inaudito. Debe ser modificado de inmediato.

La calidad educativa deberá observarse desde la perspectiva del currí­culo, que incluye, la filosofí­a, los contenidos, la metodologí­a y todo lo que constituye hoy la visión integral de la educación. Cuidado con dejar al margen la interculturalidad. Oficializar un idioma maya en las regiones con mayorí­a étnica es uno de los muchos elementos que se deberán considerar.

El modelo educativo guatemalteco deberá ser a partir de nuestra realidad existencial, de nuestra realidad socioeconómica. Está bien conocer otras experiencias, pero nuestro modelo educativo debe ser de los guatemaltecos, hecho por guatemaltecos y para los guatemaltecos. Hay profesionales con capacidad y experiencia.

Finalmente la universidad deberá aportar su capacidad y experiencia. El Colegio de Humanistas, las facultades de Humanidades de las Universidades.

Pero, sin duda alguna, sin voluntad polí­tica, el camino se hace aún más difí­cil. Ojalá que los polí­ticos que tienen hoy en esta coyuntura la posibilidad de cambio en educación no sólo ofrezcan, sino que cumplan. ¿Será esto posible?