Sudáfrica empieza su cuenta atrás definitiva con el sorteo del Mundial-2010, el viernes en Ciudad del Cabo, a unos 190 días del primer torneo en el continente negro, en un país donde las palabras seguridad, transporte o alojamiento conllevan todavía escepticismo.
La repartición tan esperada en ocho grupos de 32 equipos clasificados a la fase final (11 de junio-11 de julio) dará el pistoletazo de salida.
El país organizador ha apostado en el sorteo por un show -con la cantante beninesa Angelique Kidjo y el «zulú blanco» Johnny Clegg- preparado desde hace un año y que será retransmitido por unos 200 países.
Pero el desafío de Sudáfrica va más allá del sorteo. Aunque la Copa de las Confederaciones se desarrolló sin problemas el pasado verano boreal, sólo era un ensayo a pequeña escala.
Para la prueba reina de 2010 (que corresponde al invierno austral), la primera potencia económica del continente no tendrá sin duda problemas para tener listos los diez estadios.
Pero Sudáfrica sí tendrá dificultades para hacer olvidar una de las tasas de criminalidad más elevadas del mundo: unos cincuenta asesinatos cada día, casi 250.000 robos de coches y 500.000 violaciones por año, una cifra, ésta última, comparable a la de un país en guerra.
Estos datos hacen crecer los miedos, pese a las promesas de las autoridades policiales sudafricanas: 190.000 agentes contratados desde 2009, reservistas policiales elevados de 45.000 a 100.000 en 2010 y una inversión global para este plan de unos 100 millones de euros.
El temor más expandido sigue siendo el de los incidentes fuera de los estadios y de los hoteles. En septiembre, dos pasajeros de una nueva red de autobuses en Johannesburgo (componente esencial del transporte de los aficionados durante el Mundial) resultaron heridos por disparos de la mafia de los taxis colectivos.
Los transportes constituyen otra gran preocupación. ¿Cómo desplazarse en las nueve ciudades que serán sede (dos estadios en Johannesburgo) en un país que tiene tres veces y media la superficie de Alemania, organizador del último Mundial?
El avión, que no está al alcance de todos los bolsillos, será un lujo en período del Mundial.
El poder adquisitivo del aficionado podría encontrar también dificultades durante el Mundial. Encontrar una habitación a menos de 100 dólares por noche será complicado.
Sudáfrica recibió más de 9,5 millones de turistas en 2008, pero dispone sólo de poco más de 200.000 habitaciones, según el portavoz del Comité de Organización Local (LOC), Rich Mkhondo. Unos 450.000 visitantes son esperados durante el Mundial.
En términos deportivos, el nivel de los «Bafana Bafana» es otro motivo de preocupación. Un buen recorrido de la selección del país organizador es importante para el éxito del evento y una garantía para que los estadios se llenen.
Pero el equipo está en crisis, desprovisto de estrellas, nervioso por resultados mediocres. El técnico brasileño Joel Santana fue destituido a mediados de octubre tras haber cosechado ocho derrotas en los últimos nueve partidos.
A Santana lo sucedió otro brasileño, Carlos Alberto Parreira, conocido por haber llevado a la selección auriverde al tetracampeonato en 1994, quien se ha fijado como objetivo los cuartos de final. Para ello espera comenzar con un sorteo benévolo el viernes en Ciudad del Cabo.