Miles de vecinos de la ciudad de Sucre (sudeste) se movilizaron ayer para ratificar su pedido de recuperar la sede de gobierno de Bolivia, que defiende La Paz, y pusieron a la Asamblea Constituyente en la disyuntiva de atender las demandas regionales.
Sucre, capital de Chuquisaca y donde en 1809 se produjo el primer levantamiento armado de América contra la corona española, amaneció con el repique de campanas en sus principales iglesias para que los vecinos se concentraran en plazas principales e iniciaran las marchas callejeras.
Portando banderas rojas y blancas, los colores de Chuquisaca, miles de ciudadanos confluyeron en la plaza de Armas, para luego marchar hasta el estadio Patria, donde participaron de una concentración pública para demandar al cónclave constituyente la recuperación de las sedes de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Chuquisaca reclama que la Asamblea Constituyente apruebe el retorno de la sede de gobierno a su capital, a la que cedió por la fuerza a La Paz tras perder una guerra civil a fines del siglo XIX.
El Legislativo y el Ejecutivo fueron llevados a La Paz y sólo el Judicial quedó en Sucre, a 740 kilómetros al sudeste.
El dirigente civil de Chuquisaca, Jaime Barrón, el único orador en la concentración en el estadio local, afirmó que «por justicia Sucre debe constituirse en sede de gobierno para construir un proceso de unidad e integración en Bolivia».
Los manifestantes rechazaron el ultimátum dado a la Asamblea Constituyente por el cabildo popular de las ciudades de La Paz y El alto, realizado el viernes, para que hasta el 6 de agosto se elimine cualquier propuesta en su seno de traslado de la capital política.
Los reclamos de Chuquisaca y La Paz han puesto al foro deliberativo, que no ha aprobado ni un sólo artículo desde que fue instalado en agosto de 2006, en la disyuntiva de ceder a alguno de los dos pedidos.