Subsidio siniestro


Ayer se publicó en La Hora un trabajo en el que se puso en evidencia que no existen mecanismos de control para el subsidio que se otorgó a los transportistas durante los últimos tiempos y eso convierte el aporte en algo siniestro porque todo lo que sea gasto público y no se pueda fiscalizar tiene esa caracterí­stica. Y en el caso presente es obvio que durante el actual gobierno hubo un aumento desmedido del monto del subsidio al transporte, lo que constituye el pago de favores polí­ticos y contamina seriamente el aporte que se ha dado para financiar la constitución del nuevo sistema de transporte.


Debido a la mala fe con que en el Gobierno toman cualquier crí­tica, hay que decir que se trata de señalar un mal manejo que afecta el interés público y que como ocurre con todo lo concerniente a los gastos con fondos del erario, las autoridades debieran ser las más interesadas en la transparencia, sobre todo en momentos en los que se discute un aumento de impuestos para subsanar la deficiencia que hay en la recaudación fiscal. Para el Gobierno todo señalamiento, por fundado que sea como lo puede ser el que se hace a la forma en que han manejado el tema del subsidio a los transportistas, es producto de una prensa con afán de molestar, pero en realidad, al menos en lo que a La Hora se refiere, lo que buscamos es la garantí­a de que el dinero de los contribuyentes se use de la mejor forma y para promover el bien común, no para beneficiar a sectores en particular y especialmente si éstos tienen ví­nculo polí­tico con el partido de gobierno. Hemos sido crí­ticos de gobiernos anteriores por la falta de transparencia y en el caso presente, cuando existe un serio esfuerzo por ocultar datos y evitar que se conozca la forma en que manejan los recursos provenientes del impuesto que pagan los guatemaltecos, resulta obligada la exigencia de cuentas claras y las mismas no se pueden establecer respecto al subsidio por la forma en que se otorga y por la ausencia de documentos que permitan la verificación, según los informes de la Contralorí­a. Y sabiendo que vienen tiempos peores, porque la constitución del nuevo modelo de transporte es, como bien dijo Enrique Godoy, un proyecto clientelar que no va a producir cambios estructurales en la prestación del servicio porque se ha puesto una millonaria suma al servicio de los mismos que durante años han malbaratado el dinero público, es obligado que los guatemaltecos tengamos la entereza de denunciar el mal manejo y exigir la rendición de cuentas.