Las estrellas del Barcelona y Real Madrid, que no dejan de sumar goles cada fin de semana con sus respectivos equipos, no consiguen despuntar cuando juegan con sus combinados nacionales.
Cada uno es el mejor en su posición. Messi destaca por su velocidad y efectividad con el esférico en los pies y Cristiano por su desborde y su descomunal potencia. Ambos han mostrado y exhibido al mundo dichas características en incontables ocasiones, eso nadie lo pone en duda.
Sin embargo, son los clubes que les tienen en nómina los que explotan y se aprovechan al máximo su calidad y su fútbol, puesto que en sus respectivas selecciones el nivel exhibido dista mucho de lo que son en realidad, ni más ni menos que los dos mejores jugadores del mundo. Ambos tuvieron partidos importantes este fin de semana, pero ninguno de ellos logró sacar el mago que lleva dentro.
COEFICIENTE ESCASO
Leo Messi, por un lado, disputó contra Bolivia un partido clasificatorio para el Mundial de 2014 de Brasil. La Verde sumó por primera vez un punto en Buenos Aires en una eliminatoria mundialista, puesto que el encuentro acabó con empate a uno en el luminoso. Este resultado rinde cuenta de la insípida actuación del capitán de la albiceleste, cuyo coeficiente con su selección es de 0,27 goles por partido (18 tantos en 66 partidos, concretamente).
La ausencia de jugadores de la talla de Xavi, Iniesta o Cesc en el centro del campo provoca que el de Rosario tenga que ser el que construya las ocasiones y sean otros los que las intenten finalizar. Precisamente por eso Basile, Maradona y Batista han fracasado a la hora de confeccionar un once que le permita a la Pulga sentirse él mismo dentro del terreno de juego. Y eso lo paga la afición con el propio Messi, que pese a ser uno de los 32 personajes más relevantes del año según la revista Time, sigue sin encontrar su sitio cuando representa a Argentina.
Por otro lado, Cristiano tenía la difícil papeleta de guiar a Portugal hacia la victoria en el primer partido de repesca para la Eurocopa del próximo verano. No obstante, dejando a un lado las provocaciones del público bosnio con el puntero láser y con los gritos de ‘Messi, Messi’, el rendimiento del luso fue muy poco vistoso. El partido finalizó con empate a cero y un crack mundial ciertamente desquiciado.
Y no es para menos, puesto que el mismo Crstiano que fue capaz de anotar 40 tantos la pasada campaña (y 13 en la actual) solamente ha contribuido con 30 goles en 86 partidos con la camiseta de su país. Mañana ambos tendrán la oportunidad de resarcirse, pero lo que queda patente es que los dos futbolistas más codiciados y más determinantes del mundo rinden al 100% en sus respectivos clubes, pero cuando se trata de defender los colores de su patria, su nivel desciende en picado incomprensiblemente.