Es un hecho que casi todos queremos progresar y que la parte económica para muchos, es una que quisiéramos mejorara. Pero que por el conflicto armado y el movimiento indígena, más nos hemos concentrando en ver hacia el pasado, hacia lo que debió supuestamente haber ocurrido, a las ciencias sociales, no a las técnicas, creyendo que serán una fuente de progreso. Pero ni ver constantemente para atrás ayuda a definir un destino, ni mucho menos ayuda a lograrlo.
¿Será que pueblos como los japoneses y chinos hubieran progresado tanto si se hubieran concentrado en mantener tradiciones, vestuario, y no en la tecnología que los ha hecho destacarse en el último siglo? Los cambios, el movimiento, son los que producen progreso y se puede comprobar tanto en esos pueblos como aquí mismo, en lugares donde se esfuerzan en mejorarlos, en ampliar negocios, métodos de cultivos, etcétera, más que concentrarse en el pasado.
Y por allí tienen mucho que ver grupos como los profesores tanto para los niños y jóvenes, como los universitarios. Porque para progresar no hay como aquellos que uno llama maestro, con respeto y cariño. Que le abren la mente a uno para entender y usar las matemáticas. Que lo sacan a uno de la pecera para que vea los océanos en los que con esfuerzo y visión, se puede llegar y navegar. Y también los medios juegan un papel muy importante. ¿Ejemplos positivos? El apoyo a olimpíadas escolares, las notas técnicas, canales de TV como Discovery, etcétera.
Así que vale la pena reflexionar si uno está escalando una montaña o bien, si por estar volteado a ella, viendo hacia atrás, otros siempre nos estarán rebasando.