Los trabajadores estadounidenses aumentaron su productividad a mediados de año en la mayor proporción en año y medio, aunque ese avance fue menor al pronosticado.
Una mayor productividad y menores costos laborales pueden aumentar los beneficios corporativos. Empero, a no ser que las empresas vean una mayor demanda, seguramente no incrementarán sus plantillas laborales.
La productividad aumentó a un ritmo anual del 2,3% en el tercer trimestre, indicó el Departamento del Trabajo. La cuantía fue menor al 3,1 pronosticado por el gobierno hace un mes. Los costos laborales bajaron a un ritmo anual del 2,5%, frente al 2,4 pronosticado.
La tendencia a la baja refleja un menor crecimiento económico en el tercer trimestre. El gobierno dijo que la productividad total creció a un ritmo anual del 2%, frente al 2,5% pronosticado.
La productividad es la cantidad de bienes y servicios producidos por hora de trabajo. Bajó en el primer semestre y aumentaron los costos laborales, debido principalmente a que los consumidores redujeron sus gastos ante el encarecimiento de los alimentos y la energía.
En el tercer trimestre los consumidores aumentaron sus gastos a un ritmo que fue el triple del segundo trimestre, lo que ayudó en la expansión económica, lo que seguramente aumentó la productividad por trabajador.
Cuando aumenta la demanda y la productividad es baja, generalmente es un indicio que las empresas han alcanzado el límite de la productividad que puede extraer de su fuerza laboral. Ello ocasiona mayor contratación de personal, si las empresas quieren crecer.
Empero, sus planes de expansión laboral dependen también de la demanda de sus productos. Los economistas temen que la demanda del tercer trimestre es insostenible sin mayores salarios y más empleo.