La española Carla Suárez y la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza buscarán mañana la clasificación a las semifinales del Abierto de tenis de Francia, donde se enfrentarían en el partido más grande de sus carreras.
Suárez, décimo cuarta del ranking, se medirá en los cuartos de final a la canadiense Eugenie Bouchard, mientras que Muguruza juega ante una de las grandes favoritas, la rusa Maria Sharapova.
La última vez que hubo dos españolas en las semifinales de un grande fue en Roland Garros 2000, cuando Conchita Martínez derrotó a Arantxa Sánchez-Vicario en el penúltimo encuentro que jugaron las mejores tenistas de la historia de España, país que ganó el último de sus cinco Grand Slam femeninos en 1998.
Muguruza, de madre venezolana y padre español, aún no decidió a quién representará en la Copa Federación y sus estadísticas computan para ambos países.
Revelación de Roland Garros después de ganar en segunda ronda a la estadounidense Serena Williams, Muguruza puede dar a Venezuela la primera semifinal de un Grand Slam de su historia.
Número 35 del ranking, Muguruza ya se convirtió en la primera tenista «vinotinto» en alcanzar los cuartos de final de un grande, algo que ya había logrado en hombres Isaías Pimentel en Wimbledon 1961.
«Después de lo de Serena se revolucionó todo. Ya estoy concentrada en que cada partido que juegue la gente piensa: ‘Ésta es la que ha ganado a Serena’. Lo estoy intentando llevar de la mejor forma posible, hablando con mi equipo 24 horas para dejarlo de lado», analizó la hispano-venezolana, con 20 años una de las grandes promesas del circuito.
Tras batir a Williams, número uno del mundo y defensora del título, Muguruza tiene ante sí el reto de vencer a la campeona de 2012 y finalista de 2013, una Sharapova que busca en París su quinto Grand Slam.
«Es un partido complicadísimo, pero voy a ir con la misma mentalidad. No tengo nada que perder. Más bien sólo tengo que ganar. Aprovechar, ponerme delante de ella y decir que también la puedo ganar», analizó Muguruza, que perdió con la rusa en el único enfrentamiento previo, sobre la arcilla de Roma en 2013.
«Las dos somos altas, brazos largos, he intentado parecerme un poco a ella en el juego, agresiva, luchadora. Te intentas fijar en las mejores para intentar arañar cositas», agregó.
Su rival, gran favorita junto a la rumana Simona Halep tras la eliminación de las tres primeras preclasificadas, es consciente del buen momento que atraviesa Muguruza.
«Está teniendo el mejor Grand Slam de su carrera y es alguien de quien he escuchado en los últimos dos años», dijo la rusa, séptima cabeza de serie. «Es el torneo donde se está descubriendo y está jugando con toda la confianza. Será un desafío para mí. Pero eso es lo que me gusta de este deporte».
Suárez, segunda mejor tenista de esa parte del cuadro según el ranking, chocará con la joven Bouchard, una jugadora de 20 años que asombró al circuito al llegar a las semifinales en el último Abierto de Australia.
«En las grandes citas tiene esa mentalidad de las grandes ganadoras», explicó Suárez, de 25 años. «Será difícil, pero estoy lista».
La española llega con un «cambio de chip» a los cuartos de final: «Le estaba dando una importancia extra, para mí este torneo siempre ha sido especial, este tramo de la temporada es importante para nosotros. Estaba jugando con una tensión y una responsabilidad que he sabido cambiar».