Luis Fernado Alejos
La vida y trágica muerte del primer funcionario abiertamente homosexual electo en California, Milk, compite con 8 nominaciones para Los Premios de la Academia.
La más reciente obra del director Gus Van Sant, en la cual se expone la extrema cacería de brujas en contra de las leyes anti-discriminación a favor de la comunidad gay en Estados Unidos, es una hermosa contradicción: en ella vemos cuánto y poco la civilización ha crecido para alcanzar la igualdad de derechos. Verla en Guatemala es más triste aún, pues la población homosexual no sólo carece de representación política, nuestro actual gobernante la invisibilizó por completo mientras hacía campaña (el viejo comentario de «Adán y Esteban» regurgitado por Colom en un foro organizado por, sorpresa, grupos de presión religiosos).
Las primeras tomas del largometraje muestran imágenes de archivo, reales, de las redadas policiales en bares de San Francisco, producto de una política estatal para satanizar y exponer a los homosexuales. Luego tenemos a Milk, interpretado con un carisma y sencillez envidiables por Sean Penn, hablándole a una grabadora, describiéndose como «un activista que se coloca a si mismo como un blanco fácil para gente que se siente insegura, aterrada, temerosa y perturbada».
Antes de postularse (y perder tres veces) al Consejo de Supervisores de San Francisco, encontramos a un hombre con una tendencia por amantes menores, vulnerables, insatisfecho con su vida antes de cumplir los cuarenta años. James Franco, quien interpreta a Scott Smith, es el hombre con quien decide mudarse a San Francisco (Milk era de Nueva York, un analista de Wall Street que vivía en el closet) y abrir una tienda fotográfica en el notorio barrio llamado Castro. Es allí donde se generan los cambios necesarios para evitar que los maestros de las escuelas públicas fuesen despedidos por reconocer su homosexualidad («Si fuera cierto que los niños imitan a sus maestros, tendríamos muchas más monjas corriendo por allí», afirma Harvey en un momento) o prevenir la discriminación al solicitar una vivienda, algunos de los derechos que reclaman para si los habitantes de California (derechos que, cabe mencionar, forman parte la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Josh Brolin interpreta a Dan White, el supervisor católico, conservador que a regañadientes acepta la influencia política que supone la presencia de Harvey. Los demonios de White jugarían un rol clave en el destino de ambos.
Algunos de los amantes y compañeros activistas de Harvey completan el reparto: Emile Hirsch, como Cleve Jones, y Diego Luna, su amante obsesivo Jack Lira. Harvey auguraba un final oscuro para su vida, pero aun así conservaba la esperanza por una causa mayor: si una bala le robaría el aliento, que fuera la misma que destapara los miles de closets aun cerrados.
«Para quienes dicen que la batalla de Harvey ya no es importante, les digo despierten y huelan los crímenes de odio, y la iniciativa que prohíbe los matrimonios gay, aprobada el día de las Elecciones. Para quienes dicen que su dirección limita su audiencia, les digo que la dirección de Harvey era la de los derechos humanos y, por lo tanto, no tenía límites». (Peter Travers, Rolling Stone, 27 de noviembre, 2008)
«Sean Penn nunca trata de mostrar a Harvey Milk como un héroe, y nunca lo necesita. Lo muestra como un hombre ordinario, generoso, chistoso, con defectos, astuto, idealista, anhelando un mundo mejor. Muestra lo que un hombre tan ordinario puede lograr. Milk fue la persona correcta en el lugar correcto, en el momento correcto, y supo estar a la altura. También lo fue Rosa Parks (la mujer afroamericana que se negó a cederle su asiento, en 1955, a un pasajero blanco). A veces, en un momento preciso de la historia, todo lo que se necesita es que una persona se levante. O se siente». (Roger Ebert, Chicago Sun-Times, 24 de noviembre, 2008)
* Mejor película (Dan Jinks y Bruce Cohen, productores)
* Mejor guión original (Dustin Lance Black)
* Mejor música original (Danny Elfman)
* Mejor edición (Elliot Gram.)
* Mejor dirección (Gus Van Sant)
* Mejor diseño de vestuario (Danny Glicker)
* Mejor actor de reparto (Josh Brolin)
* Mejor actor principal (Sean Penn)