Sostenibilidad del consumo


Miguel-Saquimux-2012

El consumo mundial se comporta de manera ascendente, con crecimientos exponenciales en mercados de interacción masiva y en otros no tan populares se registran movimientos lineales. Sea exponencial, potencial o lineal la manera en que se comporta el aumento de la demanda y sus respectivas ventas, es prudente analizar, profundizar y recapacitar en lo que representa esto para la población en general.

Miguel Saquimux Contreras
miguelsaquimux@gmail.com


En economía, todo marcha por el camino adecuado cuando los comportamientos y proyecciones de los ingresos, ventas, producción, etcétera, son crecientes. Es por ello que los oferentes están en constante lucha por mantener esta tendencia, mediante la prolongación al máximo de estos lapsos de tiempo.

    Algo que se ha convertido en algo tan natural y cotidiano, es la adhesión al calendario de nuevas excusas para incentivar el consumo en la población, utilizando todas las herramientas creadas para ello, despertando así la necesidad de comprar. Estar en contra de una dinámica entre los agentes de la economía sería un grave error, tampoco es acertado posicionarse en una perspectiva totalmente conservadora, en donde sólo se ataquen y critiquen las formas que los oferentes emplean para rotar con mayor velocidad sus inventarios. Sin embargo, el análisis debe superar lo que la simpleza de las cifras economicistas y mercantilistas pueden reflejar, puesto que esto tan sólo es una parte de un complejo proceso que se da en el sistema económico.

    Cuando se habla de sostenibilidad, se refiere a la capacidad que se tenga de satisfacer en el tiempo alguna necesidad, en este caso sería la de consumo de bienes y servicios. Este tema ha sido abordado por varias instituciones a nivel internacional, entre las que destacaría al Banco Mundial, en donde sus investigaciones han plasmado contundentemente que los inventarios de recursos naturales se encuentran en una situación crítica, dado que hasta hace unas décadas algunos recursos que eran considerados renovables, se han mudado paulatinamente al renglón de los no renovables. Lo anterior se evidencia en los cambios que han sufrido las matrices productivas, específicamente en la implementación de nuevas materias primas a los procesos productivos, derivado del agotamiento de antiguas fuentes proveedoras de insumos.

    Así podría seguirse describiendo que el contexto mundial no está de la mejor forma que pueda esperarse, pero es indudable que ello tiene correspondencia con el comportamiento de los consumidores; por lo mismo, los oferentes además de inducir la demanda en las familias, tratan de cubrirla de varias maneras. La importancia de esas varias maneras radica en la calidad de bienes que adquiere la población mundial, y es en este punto en donde debe reflexionarse si el “abaratamiento” de ciertos productos le hace bien o no en el largo plazo al sistema en su conjunto. Es adecuado responder si genera desarrollo o no el abaratamiento de algunos bienes, puesto que, por lo general al descender el precio también se disminuyen calidades, ocasionando así la producción de mercancías cada vez más desechables, uniéndose estas con mayor rapidez al universo de basura.

    En conclusión, la sostenibilidad del consumo está rodeada por varias limitantes, en donde de no cambiar los patrones que nos han acompañado en los últimos años, probablemente será imposible mantener el mismo en el mediano y largo plazo. Aunque pareciera una utopía para una realidad como la guatemalteca, es urgente migrar del consumo de productos desechables, al consumo de bienes duraderos.