El gobierno del presidente Barack Obama sopesa medidas más enérgicas contra Beijing para combatir una continua campaña de espionaje que ciberpiratas chinos supuestamente llevan a cabo contra compañías y agencias gubernamentales estadounidenses.
Luego que los periódicos The New York Times y Wall Street Journal reportaron ayer que sus sistemas informáticos han sido infiltrados por ciberpiratas desde China, los expertos en seguridad dijeron que el gobierno estadounidense analiza medidas diplomáticas y comerciales más firmes.
Dos ex funcionarios de Estados Unidos dijeron que Washington prepara una nueva Estimación Nacional de Inteligencia (NIE, por sus siglas en inglés) que, una vez terminada, consideraría la amenaza cibernética, particularmente desde China, como un creciente problema económico. Un funcionario agregó que el reporte también señalará un papel más directo del gobierno chino en tal espionaje.
El funcionario indicó que la NIE, un cálculo preparado por el Consejo de Inteligencia Nacional, subrayará las preocupaciones del gobierno sobre la amenaza y dará mayor peso a los planes de medidas más agresivas contra el gobierno chino. El funcionario no estaba autorizado para hablar sobre el reporte confidencial y sólo habló bajo condición de mantener el anonimato.
En una entrevista con reporteros mientras anunciaba el fin de su periodo en el cargo, la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que Estados Unidos necesita enviar un fuerte mensaje de que responderá ante tales incidentes.
«Tenemos que empezar a dejar en claro a los chinos —ellos no son los únicos que realizan espionaje cibernético contra nosotros o que lo intentan— que Estados Unidos tendrá que tomar medidas para proteger no solamente nuestro gobierno, sino nuestro sector privado, contra este tipo de intrusiones ilegales. Hay mucho en lo que estamos trabajando que será implementado en caso de que no se ponga en marcha algún tipo de esfuerzo internacional», dijo. «Obviamente esto puede convertirse en un ojo por ojo muy desagradable e incluso peligroso que podría agravar las consecuencias, aquí en el país y en todo el mundo, a un nivel que nadie quiere ver».
Si bien el gobierno estadounidense no ha decidido aún qué medidas podría tomar, éstas podrían incluir amenazas de cancelación de cierto tipo de visas o revisiones de seguridad nacional a importantes compras de bienes chinos.