El triunfo no debes esperarlo como un regalo, sino como un premio a tus grandes esfuerzos.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
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El camino hacia el futuro está sembrado de múltiples fracasos y regado con lágrimas y sudor.
El triunfador no teme a los errores, pues a través de ellos aprende las grandes lecciones de la vida.
La fe y la perseverancia son nuestras mejores aliadas en la búsqueda de la victoria.
La fortaleza de nuestro espíritu es uno de los recursos más importantes para lograr el triunfo.
En la ruta hacia el triunfo, se ponen a prueba todas las capacidades para enfrentar las adversidades.
El triunfo es un sueño que se hace realidad si caminamos siempre de la mano de Dios.