Son muchos los pretendientes al trono…


Todaví­a faltan escasos tres meses para que el Tribunal Supremo Electoral haga escuchar el tañido de las campanas para que los diferentes grupos polí­ticos emprendan la carrera de competencia electoral; mas, las organizaciones que creen que «las pueden» se encuentran desde hace buen rato en la liza haciendo ruido…

Marco Tulio Trejo Paiz

En el Registro Electoral están inscritos ya los partidos que más impactan con bombos y platillos nuestros tí­mpanos. Otros están con premura tratando de formalizar su inscripción para entrar de lleno a batirse en el ruedo.

Y los presidenciables han estado «aflorando» en las aguas turbias y turbulentas de la politiquerí­a partidista que hoy es y mañana ya no es o ya no puede ser, pues como es sabido, los partidos que vienen siendo (en lo que respecta a lo ideológico) algo así­ como «cascarones vací­os», una vez termina la parranda comicial desaparecen como por arte de birlibirloque, salvo los que se han sacado «el gordo»; es decir, los que han conquistado el codiciado taburetón principal del palacio verde, que pueden subsistir un tiempito más si es que no se queman hasta carbonizarse, como ha ocurrido siempre, cuando disfrutaron el poder cometiendo atrocidades e inmoralidades.

Ya han estado apareciendo en las páginas de los periódicos y en las pantallas de la televisión las estampas de quienes nos quieren gobernar. En la radio, a la vez, son entrevistados y hacen otros propagandí­sticos disparos al aire los que apetecen treparse al guayabal para «sacrificarse» (¡…!) por el sufrido pueblo… Todos se muestran eufóricos y hacen promesas para no perder el «costumbro»… Todos, todititos, asimismo, tiran de los cabellos la «democracia»; prometen luchar contra la pobreza, terminar con la inseguridad y la impunidad; velar por el mantenimiento incólume de la soberaní­a nacional, por que sean respetados los tan llevados, traí­dos y famosos derechos humanos con sus pecados de inhumanos en muchos casos, etcétera. Sólo ha faltado que ofrezcan mejor vida en el paraí­so celestial…

Entre los candidatos presidenciales que pueden tener viabilidad están el general Otto Pérez Molina, del PP: ílvaro Colom, de la UNE; Alejandro Giammattei Falla, de la GANA, y doña Rigoberta Menchú Tum, del Winaq en gestación.

Pérez Molina, con su propaganda de «mano dura» con justicia y a tono con la ley, ha pegado bastante entre un gran sector ciudadano que vive en constante zozobra ante la danza macabra que se ha producido virtualmente en todo el paí­s; Colom también ha capitalizado muchas simpatí­as, no tanto en la capital, pero sí­ entre la clase trabajadora, entre los indí­genas y en otros segmentos de población; Giammattei Falla pueda fallar por el tufo oficialista de la GANA y porque lo que más se escucha de sus «méritos» son las actuaciones que tuvo cuando fue jefe «supremo» de las prisiones del paí­s; a la señora Menchú Tum, que puede contar con una parte de los votos del elemento indí­gena (otra parte puede ser de Colom), le da visibilidad la aureola del Premio Nobel que tiene depositado en México, el cual, por cierto, le fue adjudicado tras trotar por paí­ses europeos denunciando el «churrasco» de la embajada española y los demás actos atribuibles en parte a las fuerzas de seguridad que combatí­an a los insurrectos que pretendí­an hacerse del poder público para trastrocar el sistema institucional democrático, así­ como por el hecho de haber participado en alguna forma en la aventura «remichera», durante la cual perdió a sus progenitores y hermanos.

Los otros presidenciables aún no alegran el ambiente con su música propagandí­stica, pero se estarán preparando para abril o para mayo… Algunos pueden haber nacido agónicos o bien muertos, pero quizá piensan que al echar culas a los que hayan de cantar gloria en septiembre les darán oportunidad de aprovechar migajas al ser despanzurrada la piñata burocrática verde-palacio de nada despreciable contenido…