La ciudad cakchiquel de Iximché en Tecpán, Chimaltenango, fue el escenario para que en los días Oxlajuj Aq’ab’al; Jun K’at; Ka’i’ Kan; Oxi’ Keme’; Kaji’ Kej (26, 27, 28, 29 y 30 de marzo de 2007) se llevara a cabo la Tercera Cumbre Continental de los pueblos y nacionalidades indígenas de Abya Yala.
Mientras los adultos discutían en mesas de trabajo temas como la autonomía territorial, el sistema jurídico indígena y la política internacional, las comisiones de niñez y adolescencia también hacían
su trabajo en temas parecidos pero con metodología y dinámicas diferentes.
Llegado el momento de presentar las conclusiones, todos se sorprendieron de la calidad de propuestas y recomendaciones que presentaron infantes y jóvenes. Además de la seriedad con que plantearon sus pensamientos, fue fresco escuchar la espontaneidad y el entusiasmo con que ven el futuro y su papel en el cambio social.
Entre las recomendaciones de la Mesa Exclusiva de Niñez, resalta la que leyó María Crispe de Bolivia, en la que exigen un modelo educativo que responda y se ajuste a la realidad sociocultural y
lingí¼ística de las comunidades indígenas de conformidad con su cosmovisión.
Los niños y niñas, incluso llegaron a proponer la forma en que podrían generarse fondos para implementar educación bilingí¼e en las áreas indígenas, una de las propuestas fue que el dinero que se obtenga en la admisión a los lugares sagrados se destinen en este objetivo. Por ejemplo, las entradas a Tikal servirían para estimular la educación en idioma quekchí, las de Iximché para el cakchiquel, etc.
Un momento muy emotivo fue cuando le tocó hablar a Yanieri Cristina ívila, garífuna de Puerto Barrios, quien aseguró sentirse orgullosa del color de su piel y de su etnia. «Somos sujeto de derecho y queremos que se nos tome en cuenta» expresó. Los niños y niñas también mostraron preocupación por las explotaciones que sufre la madre naturaleza con la minería y las represas y el deterioro ecológico que están sufriendo las tierras donde ellos viven.
La niñez no dudó en exigir más espacios en los medios de comunicación y que se regulen las leyes y programaciones para que se enfoquen más en la cultura, la cosmovisión ancestral y la espiritualidad de los indígenas ya que consideran que los medios a menudo fomentan los estereotipos y la violencia.
Jóvenes luchando, el mundo transformando
Las y los adolescentes fueron claros al señalar que ellos no son el futuro de este continente sino el presente, por lo que exigen ser incorporados en los procesos de desarrollo que se impulsan en sus países, porque ellos a pesar de su edad también poseen talento y sabiduría. Además, hicieron ver que son ellos quienes menos acceso al trabajo tienen y concluyeron diciendo: «Queremos que sepan que podemos hacer las cosas, que no queremos que se nos excluya, somos importantes y podemos ayudar».
Dora Virginia, indígena de Xela, leyó el documento donde también exigían al Estado información sobre sexualidad y prevención de enfermedades como VIH SIDA.
Otro momento importante durante la presentación de las conclusiones fue cuando un joven indígena guatemalteco hizo la comparación en que ellos eran como una semilla que había germinado, y que los adultos debían entender que el polen a veces volaba hacía diferente lado y tomaba un camino distinto al de la flor que daba la vida. Por lo tanto pedían apoyo y facilidades para lograr entrar en espacios que ya han alcanzado. «Los jóvenes tenemos fuerza, coraje y energía; si nos unimos podemos hacer muchas cosas positivas por el país», expresó.
Cabe mencionar que las mesas de trabajo y de discusión entre los jóvenes del continente habían sido consensuadas desde hace algún tiempo, pues se llevaron a cabo actividades durante los meses anteriores para que niños, niñas y adolescentes discutieran con tiempo sus propuestas y objetivos.