El antecedente de una serie de sucesos violentos que caracterizaron el 2010 enmarcan el nuevo año, que inicia con un atentado que deja 7 personas muertas y 15 heridas en la primera semana; analistas perciben que la saña con que se dan los crímenes que destacaron en el país son el preámbulo para un ciclo de inseguridad que continuará azotando a la población.
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Jorge Efraín Cac Gutiérrez sostiene una fotografía de su hija y esposa, justo al lado de sus féretros. Asimismo, se encuentra el de su hijo, y una fotografía del niño de 11 años. Fueron tres los miembros de su familia que fallecieron en el atentado ocurrido dentro de un bus, a tan sólo 3 días del Año Nuevo. Otro de sus hijos se encuentra herido en el hospital, en estado grave.
Hasta el momento, Cac dice que no entiende el porqué de la violencia, pero afirma que ya está cansado de la situación, al extremo que no descarta tomar acciones desesperadas con su vida. Es así como inicia un año nuevo, después de que la violencia dejó marcas indelebles en la sociedad guatemalteca durante el 2010.
Con este caso reciente, se recuerda el uso de explosivos contra el transporte y otros crímenes cometidos con saña, que marcaron el año pasado la vida de centenares de personas.
El 5 de enero del año pasado, una granada de fragmentación M-26 explotó en la parte trasera de un bus de transportes Rey de Reyes, con destino a Nicaragua, hecho por el que 16 personas resultaron heridas.
Tan sólo siete días después, el 13 de enero, una granada similar fue lanzada en el predio de buses de Transportes Sanaratecos, ubicado en la 16 calle entre la novena y décima avenida de la zona 1 capitalina. El hecho dejó a 8 personas lesionadas, entre ellas una menor de 7 años.
El 9 de junio una unidad de las Rutas Josefina fue atacada a las 15 horas con una bomba molotov en la calzada San José, en la zona 2 del municipio San José Pinula, que transportaba a 30 personas. Aunque en su momento las autoridades informaron que se trataba de un desperfecto en el bus, poco después se supo que se trató de un atentado con una bomba que causó quemaduras de tercer grado a seis pasajeros.
El 12 de julio, tres personas murieron en un autobús extraurbano de la ruta a San Juan Sacatepéquez, cuando desconocidos ingresaron y lanzaron una granada M-26 en la unidad de transporte, que se encontraba estacionada en la primera avenida y cuarta calle de la colonia Landívar, zona 7. El 15 de julio un artefacto explosivo estalló en un bus de la ruta 260, en la calzada José Milla y Vidaurre, zona 6. Cuatro personas resultaron heridas, una de ellas murió en un centro asistencial.
CON SAí‘A
A lo largo del 2010, en la capital guatemalteca se originaron al menos quince desmembramientos de hombres y mujeres; los restos humanos se encontraron en diferentes sectores de la metrópoli.
El 10 de junio fueron decapitados cuatro hombres; sus cabezas aparecieron en la puerta del Congreso de la República, en las gradas de una pasarela frente al Centro Comercial Tikal Futura, en el Bulevar Liberación y en la colonia Lavarreda, zona 18. En los mensajes colocados en las víctimas se leía: «si usted no le pone mayor atención y dedicación a los malos tratos que hay en todas las cárceles del país todo lo que acontezca en adelante hacemos responsables al Ministerio de Gobernación y al Sistema Penitenciario y a».
El 28 de junio, desconocidos dejaron una nota con los restos de Wendy Mariela Colín Chávez, jefa de Personal del Preventivo para Varones de la zona 18, donde se leía: «Para el Ministro de Gobernación y el director de Presidios Eddy Morales por abuso de autoridad. Esto va a seguir pasando si siguen violando los derechos de todos los reos».
La joven mujer fue secuestrada en la zona 18, cuando viajaba junto a su pareja en un vehículo; posteriormente fue encontrada desmembrada en la zona 15 frente a las instalaciones de una radioemisora. Su pareja fue asesinada cuando intentaba evitar el plagio.
En el 2010 también se vieron muestras de la violencia en lugares públicos, ocasionadas por grupos criminales que han robado la paz y cobrado la vida de varios vecinos, además de generar terror en los testigos de esos crímenes.
La madrugada del 16 de octubre un grupo de hombres armados ingresó al restaurante Taco Inn, ubicado en la 14 calle y 2ª. avenida de la zona 10, donde asesinaron a cuatro personas. Dos sicarios fueron detenidos por ese hecho.
Tan solo cinco días después, el 21 de octubre, Marcos Horacio Mejía García, de 34 años, hijo de Myrna García García, titular del Juzgado Séptimo de Familia, fue asesinado en el restaurante Pizza Hut del bulevar San Cristóbal, zona 8 de Mixco.
La versión de las autoridades da cuenta que a García lo perseguían en un vehículo azul. La víctima se refugió en el restaurante en el que dos hombres ingresaron y lo mataron. El guardia de seguridad, Santos García Escobar, intentó detener a los sicarios, pero éstos le dispararon y robaron su arma.
Sólo en octubre, se originaron 12 masacres con el saldo de 40 personas muertas, según la organización Grupo de Apoyo Mutuo (GAM). Los crímenes se originaron en la zona 10, 21, 1, Fraijanes, Mixco, Zacapa, Escuintla, Petén, Santa Rosa, Jutiapa y Chimaltenango.
El 7 de diciembre fue atacado un restaurante en la sexta avenida y 13 calle de la zona 9. En el lugar un grupo armado ingresó y asesinó a Otto Guillermo Chicas Lemus, gerente de una empresa de seguridad privada. Entre los heridos se encontraba Rolando Torres Casanova, hermano de la primera dama, Sandra Torres de Colom.
TERROR
El GAM, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y la organización Madres Angustiadas coinciden en que los hechos violentos que marcaron 2010 se caracterizan por la saña con que se cometieron y la intención de infundir terror. El ciclo parece repetirse en el nuevo año.
La organización, en uno de sus últimos informes del año pasado, destaca la preocupación por el grado de violencia con la que se cometieron los crímenes en el país; aunque reconoce que en algunos meses hubo una baja en los delitos contra la vida, en octubre repunta nuevamente el índice de crímenes por las masacres.
«El GAM se ha percatado de la disminución de muertes violentas a nivel nacional en comparación con el año anterior, sin embargo, también ha visualizado un método con mayor saña y brutalidad para dar muerte a los guatemaltecos y guatemaltecas», destaca el estudio del mes de octubre.
El Procurador de los Derechos Humanos (PDH), Sergio Morales, lamentó los mecanismos con que se ha dado muerte a las víctimas de la inseguridad.
«En el tema de derechos humanos una sola violación es una violación, no se necesita que hayan diez o veinte, un asesinato es suficiente, pero no es necesario superar el tema cuantitativo sino que en la forma cómo se da muerte, nosotros hemos observado saña», opina el PDH.
El magistrado de conciencia reconoce y le preocupa la forma de asesinato, con la que se busca generar terror y desmotivar al guatemalteco que vive y se convierte en testigo constante de la situación, como ya sucede en los primeros días del 2011
«Podríamos resumir diciendo que esto es un ataque sistemático contra la moral ciudadana y su salud mental, buscando que el miedo los obligue a ceder en todos aquellos actos criminales que les afectan», destaca Morales.
Por su parte, Ana María de Klein, de la organización Madres Angustiadas, califica como «salvaje» el año recién terminado, pues no concibe cómo se cometieron esos delitos, que repercutirán en la ya existente imagen violenta de Guatemala.
«Es una salvajada lo que han hecho descuartizando personas, decapitando mujeres, eso es algo que jamás se había visto en Guatemala en esa proporción; nosotros consideramos que todo ese tipo de delincuencia afecta la imagen de Guatemala. Guatemala ya tiene una imagen de peligrosa, las Embajadas de varios países les aconsejan a sus ciudadanos que no vengan o si vienen que no visiten ciertos lugares, que no vayan a ciertas zonas, que en la noche no salgan», dice De Klein.
Según la profesional, el Ministerio de Gobernación (Mingob) es el responsable de prevenir estos hechos, sin embargo, pareciera que no existe voluntad e intención para contrarrestar esos crímenes violentos.
«Aparentemente el Gobierno no ha tomado en cuenta, no le interesan o no le importan esas apreciaciones de los hechos terribles que han sucedido, nosotros no sabemos qué pensar de lo que está haciendo el Ministro de Gobernación para prevenir esos hechos de violencia», destaca la representante de Madres Angustiadas.
Diario La Hora intentó obtener la versión de Carlos Menocal, titular de la Cartera del Interior, pero no contestó las llamadas a su teléfono celular.
Sergio Morales
PDH